Agoniza pesca en la Sonda

Con poca fe, pescadores de altura y ribereños hacen el último esfuerzo por navegar entre los grandes retos desde hace más de 40 años, al coexistir entre la industria petrolera en la Sonda de Campeche y las regulaciones ambientales de vivir en un Área de Protección de Flora y Fauna (Apff): la Laguna de Términos.  

La Isla del Carmen que un día fue uno de los principales puertos pesqueros de México, gracias a la captura de camarón rosado y siete barbas, hoy contempla crudamente el progresivo declive de su flota pesquera con la sobreexplotación de especies como el camarón, pulpo, jurel, caracol y la tilapia. Además, pende de un hilo por el impacto ecológico generado por Petróleos Mexicanos (Pemex).  

De acuerdo a un trabajo periodístico de la comunicadora Lisseth Castro Alanís, donde contó con el apoyo de la Red de Periodismo del Mar (Repemar), impulsada por Causa Natura con la ayuda de la Earth Journalism Network de Internews, entre las principales problemáticas de la situación destacan: 

Obstáculos en pesca y acuacultura  

En opinión de los investigadores que trabajan en el estudio Pesca y petróleo del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Eva Coronado Castro y Alejandro Espinoza Tenorio, los proyectos como los de acuacultura en ocasiones se ven interrumpidos al no contar con una planeación integral a largo plazo. 

Coronado Castro y Espinoza Tenorio citaron que una de las problemáticas que afectan la efectividad de los programas es la mala planeación; entre ellas, la tenencia y uso de la tierra, como principal insumo para llevar a cabo la actividad acuícola. Por otra parte, las fallas de suministro eléctrico limitan el desempeño para manejar máquinas especializadas, pues no concretan los procesos porque no cuentan con energía. 

En cuanto a la producción indicaron que sólo se habla de buenas prácticas de manejo y de cómo ofrecer un recurso de calidad, pero es fundamental la formación en términos de administración y comercialización del producto.  

“En las comunidades pequeñas como la Península de Atasta, donde se ha implementado la acuacultura, la parte biológica ha funcionado, el problema es que muchos de los materiales han sido subsidiados para generar la actividad y no hay un plan comercial real. Por ejemplo, hay capacitación, equipo y financiamiento para la primera cosecha; posteriormente, lo que venden es su único ingreso, porque no están capitalizados para realizar una segunda cosecha, todo esto impide mantener estabilidad en el proyecto”, precisa el investigador del Departamento de Ciencias de la Sustentabilidad de Ecosur.  

Incertidumbre en el sector 

Factores como el descontrol de la pesca en la Sonda de Campeche, además del deterioro ambiental que altera la reproducción y la supervivencia de los organismos, han provocado la disminución de los volúmenes de captura en comparación con otras décadas, lo cual supone un gran riesgo para las comunidades pesqueras, indica la doctora Eva Coronado Castro, también profesora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Mérida, de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).  

Agrega que el impacto para la fauna marina es grave por la sobrexplotación de especies como la del camarón, el cual cada vez más disminuye su talla porque están en poblaciones más juveniles y no alcanzan el máximo de reproducción.  

También las poblaciones de tiburones están muy afectadas y se tiene poco control de lo que se extrae, por lo que se ha incluido en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.  

Por su parte, Espinoza Tenorio plantea que el escenario es muy complicado para los pescadores, en particular para jóvenes y mujeres como las más vulnerables e invisibles en este ámbito; sin embargo, la aportación de cada uno de ellos significa un pilar que sostiene a los pescadores, por todo el apoyo que les brindan detrás del crudo escenario.  

“Con la disminución de los recursos pesqueros, combinado con inseguridad, el cambio climático y las afectaciones indirectas en jóvenes y mujeres, entonces el grado de incertidumbre para el sector es muy alto”, enfatiza. 

 Ribereños en crisis 

Debido a las trabas legales y a la falta de apoyos de Pemex, los pescadores ribereños conviven en un escenario más drástico; aún no aplican la acuacultura como paliativo, porque actualmente están en quiebra. La devastación no sólo se refleja en la escasa captura, también lo evidencia el Refugio Pesquero de Arroyo Grande con el deterioro de los 12 muelles carcomidos por el agua salada que, advierten un colapso cada vez que los trabajadores caminan entre ellos con los cargamentos de peces, moluscos y crustáceos.  

 Esa zona forma parte del extremo suroeste de la Isla del Carmen, que conecta con la costa de la Laguna de Términos, en la cual se acumulan desechos flotantes que aumentan la contaminación en los manglares; el olor que despide reclama urgentemente un llamado al rescate de esa Apff, la cual es un criadero importante de diversas especies.  

Frente al muelle se ubican 20 bodegas dedicadas a comercializar los productos marinos, en ese lugar se observa la ruina que responde a la tristeza de los pescadores como José Iván Piña Galán, líder de la Cooperativa de Pescadores de la Manigua, quien explica detrás del almacén que además del impacto generado por Pemex, enfrentan fenómenos naturales que hacen más compleja la captura. 

“Todo este año no hubo una buena producción, con la llegada de los frentes fríos y tormentas tropicales se intensificó la afectación; la inversión que realizamos ya no la recuperamos, estamos en una gran crisis, le damos máximo cinco años para que desaparezca la pesca”, comparte.  

Preocupado pero consciente, el dirigente considera fundamental contar con un programa alterno como el cultivo de especies para generar ingresos en el periodo de veda y capturas bajas, lo cual les permitiría sostener a sus familias ante la situación de pobreza.  

Con gran seguridad expone que, “se podría crear la granja en la Península de Atasta que conecta con la Laguna de Términos, pero se complica obtener la MIA que cuesta más de 100 mil pesos. El cultivo de camarón y tilapia en granjas nos permitirían resistir”. 

Discrepancia  

Con la mirada abatida pero enfocada en el mar, el presidente de la Federación de Pescadores Ribereños de Ciudad del Carmen, Vicencio Luna Pérez, considera que la acuacultura no hará frente a la crisis pesquera, debido al estricto cumplimiento de los ordenamientos ecológicos en todas las escalas.   

El representante con decepción que desde hace una década gestionó un proyecto piloto de cría y engorda de esmedregal en jaulas; tomó capacitación, pero al final el plan fue desaprobado.

Texto y fotos: Agencias