Sedeculta lleva alegría del teatro guiñol a Refettorio Mérida por el Día del Niño

Con un cúmulo de emociones y la mejor de sus diversiones, Ilse Regina Hernández Gómez pasó un gran día en Reffetorio Mérida donde ella y sus compañeros de la Escuela Primaria Cuauhtémoc fueron invitados de honor para ver la obra El retablo de la imaginación, como parte del Día de la Niña y el Niño.

La propuesta de la compañía El guiñol de Tito y Tita fue parte de la programación de la efeméride, que la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta) realizó en Yucatán en los municipios de Cuncunul, Hunucmá, Kanasín, Mérida, Samahil, Seyé y Teabo, en apego a las encomiendas del Gobernador Mauricio Vila Dosal.

Ante la titular de la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta), Loreto Villanueva Trujillo y la gerenta de la Fundación Palace Mérida, Mercedes Perales González, los asistentes conocieron a Cucurucho, Juanito y María tres de los 11 personajes que protagonizaron dos de las historias presentadas.

Mientras disfrutaron el platillo que les sirvieron en el lugar, Ilse Regina no dudó en participar en las soluciones de los conflictos planteadas en los cuentos de este proyecto basado en piezas de la literatura universal con versiones actualizadas y de gran dinamismo.

“A mí me gustó mucho el personaje de Juanito ya que quiere impresionar a su novia María y al enfrentarse a los fantasmas vemos como hace las cosas muy chistosas.

Me pareció muy linda la experiencia ya que puedes participar y dar tu opinión. Las pizza y los postres del chef estaban ricos”, compartió.

El fundador de la citada agrupación de títeres y director de la pieza teatral, Tito Díaz, dijo que en cada función que ofrecen siempre tiene la finalidad de dejar una semilla de reflexión, exponen problemas y los espectadores siempre pro- ponen soluciones buenas.

“El retablo de la imaginación, es un espectáculo que lleva al público parte del repertorio del tradicional de teatro guiñol mexicano, donde la premisa es divertir educando y viceversa. En esta ocasión presentamos el más tradicional de este género escrito en América Latina, Juanito de los fantasmas, de Javier Villafaña y uno mexicano titulado, La cucarachita hacendosa, de Graciela Amador”, explicó.