Editorial de Peninsular Punto Medio

Hoy es el Día de las Madres, y los que tenemos a nuestra progenitora debemos esforzarnos porque la pasen bien, aunque ese debería ser el objetivo de todo hijo o hija todos los días.

Sin embargo, es justo reconocer que el ambiente y atmósfera que se vive este día es diferente, y la culpa puede ser de la misma mercadotecnia o el sentimiento que cada uno de nosotros exprese por las mamás.

Es un día creado para honrar a las madres, pero en ese contexto también se comercializan muchos productos o servicios, así como las salidas a pasear o desayunar, comer o cenar en los lugares favoritos de las reinas del hogar.

En este medio de comunicación hemos tratado de darle su lugar a las madres, en su día, y en nuestras páginas del impreso, redes sociales o el mismo portal, hemos publicado notas relacionadas con las madres y el esfuerzo que hacen día con día para salir adelante, como amas de casa, empleadas o empresarias.

No es fácil tener esa responsabilidad, pues las madres vigilan, cuidan y educan a los hijos, y además nos guían con consejos cuando ya somos mayores.

Y es que no hay mejor lugar para descansar el alma y de las tribulaciones que el regazo de nuestras madres. Estar en el corazón de ellas es muy bueno para cada hija o hijo.

Es por ello que no debemos preocuparlas, pues ellas, de acuerdo a la investigadora Rocío Quintal López, de la Unidad de Ciencias Sociales del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” de la Universidad Autónoma de Yucatán, viven sobrecargadas por todo lo que incluye ser las responsables del hogar, situación que, por consiguiente, termina siendo una carga emocional, física y mental.