Aunque luce abandonado, contados locatarios ahora ofrecen baratijas y otros productos
El domingo 19 de junio de 1961, el gobernador Agustín Franco Águilar inauguró el Bazar de Fierros, que se construyó con el esfuerzo de sus locatarios quienes aportaron las cuotas necesarias para hacerse de un espacio en este lugar, que a 63 años de distancia luce, pues, prácticamente abandonado, a excepción de los puestos ubicados en la parte delantera que, como era de esperarse, no venden fierros ni láminas ni algún otro producto relacionado con el giro original, sino baratijas y otros productos que ofrecen a los gente que circula sobre la calle 67 entre 58 y 60.
Como es una añeja tradición y para rememorar los años de gloria de este bazar, el ingeniero René Flores Ayora convocó a los medios de comunicación para estar presentes en un convivio con los descendientes de los antiguos locatarios, muchos de ellos fundadores y que a la fecha luchan porque el lugar no muera.
El popular “Bolita”, Alfonso Inocente Buenfil Castro, que mantiene abierto el puesto en el que su padre, Isidro Buenfil Osalde, laborara hace muchos años y que estaba dedicado especialmente a la reparación de bicicletas, triciclos infantiles y hasta patines del diablo, entre otros; también sigue vigente en el lugar el taller dedicado a la elaboración de productos de lámina galvanizada tales como taras para báscula embudos y demás queda la fecha continúa atendiendo Walter Manzur, el nieto del propietario original, José Manzur.
También apreciamos los puestos ya cerrados de Carlos Rejón, que se dedicaba a la reparación de veletas y todo lo relacionado con ellas, en el recorrido Juanito, quien es en la actualidad quien está al frente del negocio en el que laboró su padre y que era propiedad de su padrino Tomás Herrera Chay el cual está dedicado a la fabricación de ductos para desagüe de azoteas, campanas y todo lo que se pueda realizar con acero, aluminio y lámina galvanizada.
Por su parte, René Flores Ayora, a quien se le conoce ampliamente por su desempeño como ingeniero de seguridad vial en el Ayuntamiento de Mérida platicó que aquí pasó gran parte de su infancia recorriendo los puestos que en aquel entonces tenían mucha actividad y una gran afluencia de visitantes.
Era tanta la popularidad del Bazar de Fierros que cada aniversario los locatarios se organizaban para festejar la ocasión y entonces, la maestra Ofelia Ayora Maldonado, la mamá del ingeniero Flores Ayora, era la que se encargaba de preparar desde muy temprano kibis que se repartían a los visitantes durante la jornada de aniversario en la que no faltaba la música viva y, por supuesto, además cada uno de los propietarios de los locales celebraba con su clientela ofreciendo diferentes comidas.
Al igual que entonces anteayer a 63 años de la de la inauguración del bazar de fierros, una vez más, el ingeniero en vialidad René Flores Ayora, se dio a la tarea de ordenar una buena tanda de kibis con su buena dotación de repollo, cebolla y chile habanero, y de servir refrescos y cervezas a los socios que aún se mantienen laborando en el lugar y quienes animadamente platicaron de sus historias y anécdotas a los representantes de los medios de comunicación.
Flores Ayora exhibió una de las máquinas para pelar chinas creación de su padre, Rubén Flores Pérez, y que a la fecha siguen vigentes y son muy codiciadas por los vendedores ya que les permiten ahorrar tiempo y, por supuesto, evitar algún corte en sus manos con el cuchillo tradicional.
Los locatarios presentes externaron su deseo de que las autoridades en su momento fijen sus ojos de nueva cuenta en el bazar y que intervengan para realizar el remozamiento correspondiente, además, de establecer una normativa para los giros que funcionan en el lugar además de ordenar el uso de los locales ya que a la fecha dicen hay un desorden en cuanto a esta cuestión.
Texto y fotos: Manuel Pool