La sucesión presidencial da nota todos los días. Ayer estuvo en Yucatán Marcelo Ebrard, una de las corcholatas más importantes de la Cuarta Transformación, y el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, se bajó de la carrera presidencial por Movimiento Ciudadano.
De Ebrard Casaubón no vamos a escribir aquí, pues ya lo hacemos en nuestra nota principal de nuestro periódico impreso, pero sí lo haremos con la otra parte de la oposición, la de MC, que la hemos tenido olvidada un poco.
La decisión de Alfaro, todo parece, se debe a que tiene diferencias con la dirigencia de Dante Delgado, quien le respondió en redes sociales que sí ha habido diálogo, pero todo indica que el gobernador no se sintió respaldado.
“En medio de tanto ruido, de tantas declaraciones y de tanta confusión, yo tengo claro lo que voy a hacer. Nunca he usado a voceros para definir mi posición política”, había adelantado por la mañana el mandatario jalisciense.
En un mensaje en redes sociales, Alfaro aseguró que no aceptará ninguna candidatura para el Poder Legislativo federal ni para un cargo diplomático o en el Gobierno, en claro mensaje a la dirigencia de su partido y también para dejar por sentado que no se unirá al Gobierno Federal.
“La dignidad no se negocia y eso es lo único que te queda al final del viaje, así que todo mi empeño estará concentrado en cerrar este ciclo como un buen Gobernador de Jalisco”, detalló.
Y agregó que terminará su paso por la política con el orgullo de tener el respeto y el cariño de mucha gente, por lo que concluirá su Gobierno con entereza trabajando a tope y sin distracciones.