Comerciantes esperan una derrama de más de mil millones de pesos en útiles escolares

El presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco Servytur), Levy Abraham Macari, declaró que para el ciclo escolar que está por iniciar, se espera que la venta de útiles escolares dejen una derrama económica de mil cinco millones de pesos, un seis por ciento más, que el año pasado, que fue de 940 millones de pesos.

Dijo que ya se ve un movimiento económico por la entrada a clases. Está el caso de las peluquerías, que registran movimientos, en que se regresa a clases se requieren estos servicios. Muchas personas ya comienzan a regresar de vacaciones, hay movimiento de la gente en las plazas, hay reactivación económica.

Sobre la molestia de algunos padres de familia de que les piden demasiados artículos de limpieza, señaló que es una regulación federal que se debe trabajar. “La Secretaría de Educación Pública tiene problemas más importantes, como el caso de los libros de texto, que es una discusión nacional.

“No puedo opinar sobre los libros de texto porque no los conozco, pero en este momento el tema del material limpieza no debería ser una prioridad”, indicó.

Dijo que las ventas en el verano han estado estables y en algunos aspectos hasta hubo un bajón, ya que a finales de julio hicieron una encuesta y arrojó que el 60 por ciento de los afiliados a la cámara estaban en sus metas de ventas, pero había un 30 por ciento de personas que había vendido menos de lo esperado y sólo 10 por ciento superó sus expectativas.

“Hay una estabilidad si hay la necesidad si los números se mantienen o a principios de agosto hubo una estabilización o una pequeña recuperación”, explicó.

El sondeo lo realizó en julio, por lo que no tiene datos de este mes y que realizará otra nueva encuesta.

Respecto a que la gente iba al puerto y llevaba alimentos para no consumir en los restaurantes para reducir gastos, el dirigente señaló que esto siempre ha sucedido y se debe a que algunas personas buscan ahorrar, pero algo dejan en derrama. Incluso, las tiendas locales vendieron algo, “no fueron a comer a un restaurante, pero sí compraron aguas y refrescos”.

Texto y foto: Darwin Ail