Editorial de Peninsular Punto Medio

El cisma en el proceso interno de la Cuarta Transformación ha llegado a su parte más álgida, por ahora, pues Marcelo Ebrard estiró la liga a tal grado de cuestionar la legalidad del mismo.

Antes dijo que la Secretaría del Bienestar está apoyando con recursos humanos y financieros a Claudia Sheinbaum y en las últimas horas se negó a firmar el documento de la insaculación de las casas encuestadoras que harán los ejercicios espejos para validar la que aplicará el partido Morena.

Varias versiones se han conocido de este nuevo episodio del excanciller, que con su actitud está poniendo en riesgo la unidad que necesita la 4T para llevar al poder a uno de sus dirigentes, en sustitución del propio Andrés Manuel López Obrador.

¿Y cuál es el análisis? ¿Por qué lo hace?

Una de las respuestas la hemos escuchado de otra corcholata, Gerardo Fernández Noroña, quien en un programa de radio explicó que lo que busca Marcelo Ebrard es crear un escenario para irse con la oposición cuando los resultados de la encuesta no lo favorezcan, pues en todas las encuestas serias lo vence la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Esos resultados los vamos a conocer el próximo 6 de septiembre y ese mismo día todos conoceremos el nombre de la persona que coordinará a los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación.

Ya hay rumores fuertes que colocan a Marcelo Ebrard como el próximo candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, lo que no es descabellado, aunque eso marcará su destino político, ya que se alejará de López Obrador, con todo y lo que eso signifique en las grandes ligas de la política nacional. Creemos que no será nada bueno, pero el tiempo lo dirá.