Ejidatarios de Ixil consiguen fallo a favor y deben ser admitidos en ejido

Ejidatarios que habían sido excluidos del Ejido de Kinchil porque se opusieron a que esas tierras presuntamente fueran vendidas de manera ilegal a la empresa Kekén, obtuvieron un fallo favorable en el Tribunal Agrario.

Este triunfo motivó a la comunidad de Ixil a recordar que el 16 de septiembre realizarán una protesta en su comunidad y el 30 organizarán otra en Paseo de Montejo, debido a la inconformidad que tienen con una granja de cerdos, donde hace unos meses hubo hasta un enfrentamiento con la policía que terminó con varios heridos.

Actualmente, los granjeros tienen contratado a personal de vigilancia que intimida a los pobladores. Como se recordará, los granjeros cerraron una vía que conducía a parcelas, apiarios y hasta en lugares donde criaban anima- les como borregos por lo que estos afectados les indicaron que no sólo afectan contaminando el lugar sino les impiden el paso para que vayan a sus lugares donde trabajan y hubo quienes intentaron atravesar el cerco y se ocasionó un enfrentamiento con varios heridos.

En el caso de Kinchil, representante común de los ejidatarios de Celestún, Héctor Arsenio del Ángel Ávila, dijo que están muy satisfechos porque finalmente se ha hecho justicia. “Fuimos engañados por el comisariado ejidal y por el abogado especialista en temas agrarios, Rafael Acosta Solís, quien maneja el ejido a su gusto desde hace años”, indicó.

Recordó que ellos les dijeron en 2019 que se había ganado un juicio contra Kekén por el despojo de las tierras de uso común. “Nos llamaron a recibir un pago de 12,000 pesos por ejidatario y nos dijeron que ese pago era por la compensación obtenida en esa supuesta victoria judicial. Para recibir el dinero, nos hicieron firmar recibos en blanco”, declaró.

“Todo fue un engaño: como demuestra la sentencia, Acosta Solís había llegado a un acuerdo ilegal con Kekén para entregarle nuestras tierras a través de un convenio confidencial. Luego usaron nuestras firmas para quitarnos nuestros derechos ejidales, afirmando falsamente que habíamos renunciado. Afortunadamente, la sentencia concluye que se nos engañó para firmar esos papeles y nunca dimos nuestro consentimiento para que se nos despojaran nuestros derechos, y ordena que se nos devuelva la condición de ejidatarios”, explicó.

Por su parte, el representante de la Fundación Yansa, Sergio Oceransky, dijo que ellos se am- pararon, pero es una práctica dilatoria y están seguros que tendrán que aceptar a los ejidatarios.

En tanto, del Colectivo Cantukún en la comunidad de Kinchil, Matilde Dzib Dzul, agregó que muchas familias mayas sufren el despojo de tierras en Kinchil por la misma megagranja de Kekén, que obtuvo las tierras que vienen cultivando desde hace generaciones a través de un procedimiento fraudulento de privatización de terrenos nacionales, donde se otorgaron las tierras a prestanombres de Kekén que ni siquiera viven en la comunidad, en lugar de a las familias campesinas y apicultoras que siempre las han trabajado y conservado.

Texto y foto: Darwin Ail