Don Raúl Sánchez tiene una escultura tamaño natural de la Santa Muerte, y con el paso del tiempo su local ha sido uno de los más importantes para rendirle culto
Desde hace veinte años, don Raúl Sánchez adquirió para poner a la venta en su local de imágenes religiosas, una escultura tamaño natural de la Santa Muerte, y ante su sobresaliente presencia, de manera espontánea, la gente comenzó a llevarle flores, dulces, cigarros, dinero y otras ofrendas, por lo que decidió ya no deshacerse de ella.
Con el paso del tiempo este sitio, ubicado en el mercado de Lucas de Gálvez, se ha convertido en el de mayor afluencia, y uno de los más importantes lugares para rendir culto a la “Niña Blanca” en Mérida, representada en este caso por “Lluvia de Oro”, el nombre que don Raúl eligió para esta imagen, que en estos días dedicados a festejar a los fieles difuntos, cobra mayor relevancia, y hasta en su honor, no falta quien el 1de noviembre le lleve mariachi.
“Santo no es, es un intermedio entre la vida y la muerte, su labor es llevarte cuando falleces al lugar que tú te hayas ganado, no es buena, no es mala, depende de cómo tú la trabajes, porque ella es un arcángel, se llama Azrael”, explica nuestro entrevistado, quien con el dinero que se le deja a la imagen se ha dado a la tarea, junto con su esposa, de adquirir las telas y demás insumos para mandar a fabricar sus vestimentas.
Otro de los cuidados que don Raúl pone para mantener contenta a “Lluvia de Oro”, es mantenerla limpia, lo que incluye además hacerle una especie de ritual, cubriéndola con el humo de cigarro o puro y posteriormente perfumarla, lo cual realiza cada 15 días o cada mes.
Por cierto que nuestro entrevistado comenta que cuando sus clientes vienen a adquirir una imagen de la santa muerte, se les realiza un ritual para despertarlas, lo que equivale en una imagen religiosa a llevarla a bendecir y que de esta manera tengan más fuerza.
Esto implica tener siempre en su altar un vaso de agua y alimento, explica nuestro entrevistado, quien destaca que la recomendación que siempre hace a su público es que no tiren las imágenes cuando ya no las quieran, que mejor las regalen a quien las venere y le dé este tipo de cuidados.
En su local, don Raúl exhibe los horarios y fechas en los que se realizan peregrinaciones para festejar a la “Niña Blanca”, y que van desde el Cementerio de Xoclán con rumbo a diferentes puntos de la ciudad, en donde hay familias devotas que la reciben en sus casas.
Sin duda que sin proponérselo, don Raúl ha contribuido para que el culto a la “Niña Blanca” haya crecido en la capital yucateca y su local es ya un sitio icónico, que en estos días recibe a muchos visitantes a quienes les hace una petición: que crean o no crean, le tengan mucho respeto, y sobre todo si se comprometen a algo con ella, que cumplan su palabra.
Texto y foto: Agencia