Armando Escalante
Periodista y analista político
Ni una hora había pasado y un soldado en funciones que deberían ser de una autoridad civil, se identificó como el nuevo administrador del parque y se enfrentó a un grupo de aficionados al patinaje y del ciclismo, para prohibirles usar las nuevas instalaciones de La Plancha.
-Aquí no hay espacio para ustedes -dijo el coronel de apellido Escamilla, quien les recordó a todos que esas instalaciones están en un predio federal, aunque sea un parque público, y tiene reglamentos que deberán cumplir y no se contempla el uso de bicicletas y patines.
El militar con uniforme de campaña reveló que el parque se hizo en acuerdo con una empresa llamada California Skateparks (no aclaró quién tomó esa decisión y por qué) y le tiró la responsabilidad de las restricciones al gobierno del Estado, que por supuesto no ha aclarado ni desmentido nada.
Los inconformes que se quejaron de que fueron amenazados con que la guardia nacional los retiraría de la obra, se negaron a ser usados para fotografías y aparentar que todos lo utilizan aunque para solo se permita el uso de patinetas.
El militar administrador sugirió que si quieren solicitar ante el gobierno del Estado que el parque incluya patines y bicicletas, que eleven una solicitud para que a ellos, o sea a los soldados, les cambien la prohibición. De acuerdo con el video grabado con sus declaraciones el parque fue solicitado con ciertos requerimientos por el gobierno del Estado y ellos se sujetan a ello. Varios boletines de prensa del Ejecutivo refieren que entre todas las atracciones, figura una pista de patinaje, por lo que resulta inexplicable que se le endose al gobierno estatal la responsabilidad de no permitirse ni patines ni bicicletas.
En resumen, eso de prohibido prohibir, por lo visto, sigue siendo letra muerta en este y otros temas, donde han salido a relucir las restricciones que luego el señor Manuel López niega.
El xix.-Alguien decidió que La Plancha tuviera un foro para 10,000 personas con apenas 315 cajones de estacionamiento, a pesar de que se indica que tiene 22 hectáreas. Por todos lados se nota que la obra está inconclusa y que le faltan sin duda, los 10 meses que el gobernador aseguró se ahorraron los soldados al construirlo en el tiempo récord de 14 meses y no en 24 como se había previsto.
Sin duda, basta pararse de lejos para notar que le falta mucho para quedar listo, quizá para terminarse en agosto próximo cuando acaben las administraciones estatal y federal.