Después de la escuela algunos de los niños acudían a casa de un matador en el retiro. Como actividad extraescolar. Algunos chiquillos iban a clases de piano, otros a fútbol, aquellos a ajedrez… y esos iban al aula del toreo. El hombre les hablaba de David Silveti, de los inicios de José Tomás, les enseñaba cómo se dibujaba una manoletina, jugaban al toro, y dibujaban su propio vestido de luces. Se divertían! Lo pasaban francamente bien… eso era lo importante…
Aquella tarde el torero, como no más habían acudido cuatro niños al encontrarse algunos resfriados y otros con muchos exámenes, se inventó algo especial. Un cartel! Jugarían a ser matadores de toros. El hombre tenía ya cerca de ochenta años, y a veces acusaba el cansancio de la vida. Primero orquestó una terna con el pellizco de Pepe, la fantasía de Alejandro y la clase de Pablo. Juan haría de toro… Luego cambiò, Juan tenía buena técnica… Pablo quedaría fuera… Pero…
Los pequeños resolvieron el problema. Sería un cartel de cuatro! Todo resultó fantástico!
Dedicado a los que crean carteles
Dedicado a David Silveti
Dedicado a los niños
Dedicado al niño Luis