Dos semanas

Dos semanas es el tiempo de campaña que les queda a los candidatos a los distintos cargos de elección popular en catorce entidades del país.
En doce de esas entidades habrá elección para gobernador, en una más Congreso local y alcaldía y en la restante se pretende formar un Congreso Constituyente.
Los candidatos a cada uno de esos cargos saben que deben meter el acelerador, pues los momios han cambiado para bien de unos y mal de otros.
Para los partidos participantes resultan preocupantes los vuelcos que dan las sensaciones de los votantes que muestran indefinición para la hora de sufragar.
Es ahí donde los partidos y sus candidatos necesitan ahondar en el convencimiento de los electores, para inclinar la balanza en su favor.
Los números de las encuestas y las supuestas preferencias de los ciudadanos han girado varias veces, para posicionar a unos y otros aspirantes arriba o abajo.
Durante todo este tiempo, Manlio Fabio Beltrones, dirigente nacional del PRI, fue el único que se atrevió a pronosticar los resultados, otorgando nueve de los gobiernos estatales para su partido, por tres de la oposición.
Lo que no dijo es cuáles serían las que perdería su partido, aunque se especuló que reconquistaría dos plazas, Oaxaca y Sinaloa y perdería dos de las que gobierna.
Dentro del terreno de las especulaciones se presumió que las derrotas serían en Tlaxcala y Puebla y una de dos, Aguascalientes o Durango.
Las restantes nueves serían para su partido: Chihuahua, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, Zacatecas y Aguascalientes o Durango.
El panorama parecía halagüeño para los tricolores, con esos resultados, Manlio Fabio y su partido saldrían sumamente favorecidos, ya que Puebla estaba considerado dentro del terreno de lo perdido y ser derrotados en Tlaxcala y/o Durango y Aguascalientes representa los estados más pequeños en competencia.
En contraste mantendría la joya de la corona (Veracruz) y recuperarían Oaxaca y Sinaloa, perdidos hace seis años y con mayor representatividad que los que pasarían a manos opositoras.
Como balance resultaba extraordinario. El inicio de las campañas mostró otra faceta, en Veracruz los momios no le favorecía al partido que preside Manlio, ya que Miguel Ángel Yunes superaba por varios puntos porcentuales a su primo hermano, Héctor Yunes.
Los priistas pisaron el acelerador e iniciaron la guerra sucia en contra del panista: salieron a relucir las propiedades de Miguel Ángel y sus hijos, su inmensa fortuna; se revivió su supuesta pederastia; se procuró que los partidos minoritarios postularan a ex panistas que le pudieran arrebatar puñados de votos y se abrieron diversos flancos para atacar al que llamaron impresentable Miguel Ángel.
Sonia, ex esposa de Patricio Chirinos fue requerida para la campaña de Héctor, por considerarla un arma para combatir al panista y la analista Lydia Cacho y su libro Los Demonios del Edén fueron llamados como refuerzo contra Yunes Linares.
El golpeteo fue incesante y Miguel Ángel se mantenía sólido, ya que en opinión de miles de veracruzanos era necesario darle la oportunidad de gobernar.
Sin embargo, en la última semana, algo decepcionó a los miles de seguidores de Miguel Ángel que algunos de ellos han dado un paso de costado y no se encuentran dispuestos a emitir su voto por el panista.
¿Qué los cambio, la guerra sucia o el convencimiento de que Héctor es mejor que su primo hermano?
El cinco de junio por la noche se verá si tuvo o no efecto la campaña que bajó los puntos porcentuales y si como en Colima, la guerra sucia priista tienes efectos reales en el ánimo electoral.
Pero en el mes y medio de campaña que llevan los candidatos a gobernadores, los pronósticos han dado varios vuelcos.
En Oaxaca y Sinaloa se mantiene la percepción de que el PRI recuperará los gobiernos estatales.
Aguascalientes y Durango se encuentran en una espiral que va del triunfo panista al priista y de nueva cuenta los altibajos se producen. Eso si la decisión recaerá en Martín Orozco (PAN) o Lorena Martínez (PRI), por Aguascalientes y en Esteban Villegas (PRI) o José Rosas Aispuro (PAN) en Durango.
Donde los números cambiaron radicalmente es Tamaulipas, en que el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca aventaja considerablemente al priista Baltasar Manuel Hinojosa Ochoa y al parecer la estrategia priista de descalificar al panista y considerarlo como el candidato de la delincuencia organizada no ha tenido el eco ni el éxito esperado. Tamaulipas es uno de los estados en que se podría dar la alternancia.
Quintana Roo navega por la misma ruta y, aparentemente, el candidato de la alianza PAN-PRD, Carlos Joaquín González, ya alcanzó al priista Mauricio Góngora y podría producirse un cambio de siglas en el gobierno estatal.
Chihuahua e Hidalgo se mantienen, aparentemente, más el segundo que el primero como priistas de convicción.
Tlaxcala ya lo saborean panistas o perredistas, aunque una de las dos senadoras Adriana Dávila o Lorena Cuéllar regresará a su escaño.
En Zacatecas todo indica que se quedarán otros seis años los priistas y en Puebla los panistas.
A dos semanas del cierre de campaña (1 de junio), la vista panorámica cambió drásticamente para los distintos partidos, aunque parece favorable para los priistas que, por el momento, se aprecia conservarían Veracruz, aun perdiendo Puebla y Tamaulipas y, tal vez, Quintana Roo y Aguascalientes o Durango.
El saldo sería favorable, de todas formas, ya que Veracruz es la entidad más poblada de todas y Oaxaca, se sitúa después de Puebla.
Claro que estás dos semanas podían todavía provocar sorpresas.
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Email: zurita_sahagun@hotmail.com

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