Algo me impide separarme

René Emir Buenfil Viera 
psicrenebuenfil@gmail.com

La indecisión de si seguir con tu pareja o de plano terminar se puede prolongar porque no cortas la relación del todo, no se separan del todo, se siguen viendo, e incluso siguen viviendo en la misma casa, y como siguen representando este rol de pareja ante las demás personas, y siguen en una dinámica y patrones propios de una pareja, es más fácil la repetición, el acomodarse o dejarse llevar por la costumbre, y seguir haciendo lo que suelen hacer normalmente. 

Sí, puede ser que su relación haya cambiado, o que exista más distancia entre ustedes o ya no sientan lo mismo, pero es este seguir actuando este papel de pareja lo que quizá no deja el tiempo suficiente para reflexionar, o buscar elementos concretos para tomar decisiones. 

La posición de indecisión es válida, y es de sabios(as) cambiar de opinión, pero una manera de salir de la indecisión, aunque sea momentáneamente (decidirse hoy no quiere decir que en seis meses siga pensando de la misma manera), es preguntarse qué te da tanto miedo o qué factores te impiden decidirte, muchas veces son fantasías que te empeñas en cumplir o ideales sociales a los que te aferras, incluso heridas de la infancia que te hacen ni siquiera considerar seriamente cortar definitivamente con tu pareja. 

Los miedos más frecuentes son ver la separación o divorcio como fracaso, y cuando tienes separaciones o divorcios anteriores puede ser peor el miedo a otro fracaso más. Un punto a reflexionar al respecto es que las separaciones sólo son un fracaso si tú decides verlas así, pero eso no es lo único que puede ser una separación. 

Terminar una relación que ya no da para más puede ser también un alivio, una nueva oportunidad, justo lo que necesitabas aunque no lo quieras aceptar, un capítulo que tenía que finalizar en tu vida, energía desperdiciada que podrías enfocar en tí mismo (a), una bendición, y muchas otras posibilidades, es cuestión de abrir la mente. 

A veces no sueltas tu matrimonio o tu relación porque te importa demasiado el estigma de separarte o divorciarte, porque sabes que vas a perder un estatus social, que vas a cambiar de categoría, por el qué dirán o porque en tu familia los divorcios son mal vistos o no te quieres enfrentar los juicios de las demás personas, no quieres que se metan en tu vida, y no quieres volver a empezar porque crees que estás mejor en tu zona de confort, aunque no sea tan cómoda como parece. Es decir, eres más una persona conversadora que quiere mantener el status quo y no manejas bien los cambios, o criticabas a las personas que pasaban por esto y dijiste “de esta agua no beberé” o no ibas a caer en eso, o no pensabas que te tocaba, pero aquí estás, enfrentando la situación en primera persona. 

Las heridas de la infancia son un punto indispensable a analizar para entender qué te impide dar este paso, en psicoterapia individual las personas pueden encontrar estas razones, y decidirse a enfrentarlas por primera vez y por más duro que esto sea, es cuestión de saber que ya es tiempo de tomar al toro por los cuernos, y saber que todas las posibilidades están en el aire, y son igualmente válidas, porque así como hay muchas formas de terminar una relación, hay muchas formas de continuarla.