El deterioro que está sufriendo el planeta puede impactar en nuestra salud mental, creando estrés y angustia en muchas personas
Los amantes del medio ambiente también pueden sufrir algo que se conoce como “ecoansiedad” y que, de acuerdo con un estudio de The Lancet, el 65% de la población considera que los líderes no están esforzándose lo suficiente para abordar la emergencia climática.
El cambio climático y sus consecuencias no solo nos afectan a nivel físico, sino también a nivel psicológico. La Asociación Estadounidense de Psicología (APA) lo tiene claro: el deterioro que está sufriendo el planeta puede impactar en nuestra salud mental, creando estrés y angustia en muchas personas.
La APA define ecoansiedad como “el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones”.
Y es que esta preocupación no es para menos a la vista de la proliferación de huracanes, incendios forestales, terremotos, sequía y otros fenómenos derivados del cambio climático.
Este escenario de cambios está teniendo un impacto significativo en la población. En concreto, el 45 por ciento opinó que la preocupación por el clima está afectando de manera negativa a su día a día, según un estudio realizado hace unos meses por The Lancet. La misma encuesta refleja que el 56% de la población tiene claro que no hay vuelta atrás y la humanidad está condenada.
La ansiedad climática no entiende de edades y, de hecho, es un fenómeno transgeneracional. Sin embargo, es la población joven la más propensa a sufrir ecoansiedad. Desde pequeños han ido adquiriendo una conciencia ecológica e interiorizando el mantra de que ellos son los responsables del futuro y de las generaciones venideras. Sin embargo, al mismo tiempo consideran que la situación actual del planeta es fruto de la irresponsabilidad de las generaciones anteriores.
Este sentimiento de aflicción y miedo a la incertidumbre, por supuesto, tiene consecuencias en sus hábitos y forma de ver la vida. No es de extrañar que cuatro de cada 10 jóvenes ni se plantee tener hijos por esta razón, al no tener esperanzas de que el futuro sea mucho mejor.
Síntomas de la ecoansiedad
El cambio climático es una realidad. Las catástrofes naturales ya no suceden solo al otro lado del mundo, sino que el aumento del nivel del mar, los incendios, el aumento de la temperatura o los fenómenos meteorológicos extremos cada vez suceden más de cerca. Con este panorama, los cuadros de estrés, ansiedad o depresión aparecen como reacción a estos cambios.
En los casos más extremos, el miedo crónico a la destrucción medioambiental podría conducir incluso a la pérdida de la propia identidad y a un incremento de la violencia, el crimen y las agresiones interpersonales.
Cómo combatir la ansiedad climática
El futuro puede parecer desolador. Es real la sensación de abandono por parte de los gobiernos, tal y como refleja el estudio de The Lancet, dado que el 65% de la población considera que los líderes no están esforzándose lo suficiente para abordar la emergencia climática. Este contexto de pesimismo es el caldo de cultivo perfecto para sufrir ecoansiedad, si bien hay varias cosas que puedes hacer para minimizar los efectos del estrés por el clima.
Datos a destacar
Una de las maneras de aliviar esta sensación de angustia es sentirte útil, así como llevar una vida útil. Elimina o reduce los plásticos de un solo uso, optando por productos locales y responsables, erradicando los componentes tóxicos y químicos de tu día a día.
En este escenario tan convulso, puede ser alentador apoyarte en tu círculo, compartir inquietudes, miedos y, por supuesto, emprender acciones comunes. Por ejemplo, montar un huerto urbano, salir en comunidad a recoger residuos y plásticos del suelo, entre otros.
Texto y fotos: Darwin Ail