La falta de liquidez en los organismos de Naciones Unidas pone en peligro las investigaciones sobre atropellos a derechos humanos en lugares sometidos a graves conflictos como Sudán, Ucrania y Siria, advirtió la organización Human Rights Watch (HRW).
Numerosos países tienen atrasos en sus contribuciones a la ONU -que se financia con las aportaciones de los estados miembros-, hasta tal punto de que el año pasado la organización tuvo que suspender las contrataciones.
En enero, su secretario general, António Guterres, mandó una carta a todos los Estados recordándoles que, de no mediar un pago de sus aportaciones a corto plazo, las arcas quedarían vacías para agosto, y que en lo inmediato eso significaría una limitación de las reuniones, un freno a proyectos de construcción o mantenimiento de edificios y una reducción de compras.
Unos 50 países aún no han pagado sus partidas correspondientes a 2023, y entre ellos se encuentra EE.UU, que debe una parte de su cuota por la dificultad de la Administración Biden de que el Congreso apruebe esa aportación; en este momento EE.UU debe mil millones de dólares entre los atrasos de 2023 más su cuota de 2024. Los recortes presupuestarios afectan a todos los departamentos, pero a HRW le preocupa en particular las consecuencias de las misiones de investigación sobre derechos humanos en Sudán, Siria y Ucrania.
Texto y foto: Agencias