El clima espacial en febrero

Salvador Castell-González 

Si la semana pasada, principalmente jueves y viernes, sentías un ligero malestar o supiste de casos de golpes de calor e insolación, resulta que nuestro planeta fue impactado por tormentas solares.

Una tormenta solar es un fenómeno que ocurre cuando el Sol emite una gran cantidad de partículas cargadas y radiación electromagnética. Estas partículas interactúan con el campo magnético terrestre y la atmósfera superior de la Tierra. 

Las tormentas solares, también conocidas como eyecciones de masa coronal (CME), pueden afectar nuestra vida cotidiana de diversas maneras. Aunque algunas tormentas solares tienen consecuencias leves, otras más intensas pueden tener un impacto significativo en la tecnología, las comunicaciones y la atmósfera terrestre.

En el pasado, la Tierra ha sido víctima de los efectos de tormentas solares. Por ejemplo, el evento Carrington, ocurrido en 1859, fue una poderosa tormenta solar que interrumpió los sistemas de telégrafo en Europa y América del Norte. Las corrientes inducidas por la tormenta geomagnética sobrecargaron las líneas de telégrafo, causando chispazos, incendios y daños en los equipos.

Este 2024 será un año lleno de tormentas solares debido al ciclo solar. El ciclo solar es el proceso que ocurre en el campo magnético del Sol aproximadamente cada 11 años. Nuestro Sol, esa enorme bola de gas caliente cargada eléctricamente, genera un potente campo magnético debido al movimiento de este gas con carga eléctrica. A lo largo de este ciclo, el campo magnético solar cambia completamente, lo que significa que los polos norte y sur del Sol intercambian posiciones. Luego, demoran unos 11 años en volver a la posición inicial.

Este ciclo solar afecta la actividad en la superficie del Sol, como las manchas solares causadas por los campos magnéticos. A medida que los campos magnéticos cambian, también lo hace la cantidad de actividad en la superficie solar. Durante el ciclo, se observa un aumento en la actividad solar, incluyendo erupciones solares y eyecciones de masa coronal. Estas erupciones envían poderosos golpes de energía y material al espacio, lo que puede afectar la Tierra. Por ejemplo, las erupciones pueden causar auroras en el cielo o dificultar las comunicaciones por radio. Algunas erupciones extremas incluso pueden afectar las redes eléctricas terrestres. 

Actualmente, estamos experimentando un ciclo más activo de lo esperado. La actividad solar aumentará gradualmente en los próximos meses, alcanzando su máximo entre octubre del 2024 y julio de 2025.

En resumen, las tormentas solares son fenómenos naturales que debemos entender y monitorear para estar preparados ante sus posibles consecuencias y es algo que apenas estamos comenzando a entender.