Indígenas en México denuncian este Día Internacional de la Lengua Materna que al migrar a las ciudades afrontan escasez de intérpretes de su lengua al español, lo que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en un hospital, defenderse de acusaciones de delitos o retrasar trámites.
Juana Facundo Rodríguez, intérprete de la lengua otomí, contó este miércoles a EFE que al llegar hace 25 años a Guadalajara, la tercera ciudad más poblada del país, vivió la discriminación, indiferencia y mala atención que afrontan indígenas en las grandes urbes.
Facundo Rodríguez dejó su natal Santiago Mexquititlán con los conocimientos básicos del español, un idioma que tampoco su madre hablaba, y ambas padecieron la dificultad para buscar una casa, acudir a una clínica o hacer trámites escolares. “Ella no entendía muy bien el español, afortunadamente muchos de nosotros (sus hijos) ya sabíamos hablar, la apoyábamos, pero para ella fue complicado buscar una escuela pública para sus hijos, servicios médicos para su familia. Le decían ‘señora, no le entendemos’”, contó.
Con estas experiencias a cuestas decidió ser intérprete de su lengua para ayudar a su comunidad y es una de las pocas que realiza esta labor, pues el grueso de las instituciones gubernamentales carecen de alguien que ayude a las personas indígenas a solicitar servicios.
El Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) registra más de 7.3 millones de hablantes de 68 idiomas originarios en México, de los que 23 están en riesgo.
Texto y foto: EFE