“Acabar con la familia es atentar contra la humanidad que no tiene otra forma de subsistir”, dijo ayer el arzobispo Gustavo Rodríguez Vega en su homilía correspondiente al segundo domingo de cuaresma, día en el que inició la Semana de la familia.
“Como cada año, se realiza una semana en la que en los centros pastorales que hay en los diferentes parroquias, la gente va reflexionando sobre varios temas acerca de la familia, sobre la que hay muchas cosas que decir”, manifestó el prelado, quien subrayó que en la actualidad la institución de la familia es muy atacada a nivel mundial.
“Hoy por hoy, es necesario fortalecer a la familia, y a la familia cristiana, los hombres de todos los tiempos han considerado a la familia como la célula de la sociedad, y nosotros como cristianos sabemos que la familia es una institución Divina de aquel que le dijo a nuestros primeros padres que estuvieran unidos”, indicó Monseñor Rodríguez, que de esta manera evocó la unión matrimonial.
“No es bueno que el hombre esté solo eso, el hombre es por naturaleza un ser social, por eso la familia es el espacio donde el hombre aprende a socializar, dónde nace del amor de unos padres y en la compañía de unos hermanos y demás familiares”, subrayó.
En este sentido, mencionó que Dios quiso a la familia, tanto así que le dijo a los primeros padres que crezcan ya, se multipliquen, mientras que en su venida al mundo, Jesús también fue parte de una familia durante sus primeros 30 años de vida.
“Esto debe ser un ejemplo para aprender a gozar y aceptar la convivencia familiar, por eso le pedimos a Dios que nos conceda trabajar en favor de la familia y de nuestra familia, especialmente hoy que la familia tiene tantos enemigos, entonces, que el señor conceda a los padres de familia la libertad para darse cuenta que los hijos no les pertenecen, sino que ellos, los hijos y todos le pertenecemos a Dios nuestro Señor”, apuntó.
Más adelante, recordó que la semana pasada, en la homilía del primer domingo de cuaresma, se habló de la manera de cómo arrepentirnos de nuestros pecados y hacer penitencia para alcanzar el perdón, ahora, se nos presenta la oración como medio de conversión.
“La cuaresma es tiempo de oración, tiempo también de escuchar a Jesús, por eso en muchas Iglesias hay ejercicios espirituales donde podemos escuchar la palabra de Dios, al igual que en la Santa Misa,y asimismo meditando la Biblia, pero eso sí, haciendo las reflexiones siempre en Comunión con la iglesia para no tener ideas equivocadas”, dijo Monseñor Rodríguez Vega, quien finalmente hizo un llamado para acercarnos a Jesús para conocerlo, recibir su perdón y que nos conduzca a la vida verdadera.
Texto y foto: Manuel Pool