Y ahora, la promiscuidad climática del maculís

Salvador Castell-González 

Los majestusos maculís rosas (Tabebuia rosea), también conocidos como guayacán rosado, son árboles que pueden medir entre seis y 10 metros de altura, aunque en su hábitat nativo pueden alcanzar hasta 25 metros. 

Sus hojas palmadas son las que se llenan de hipnotizantes flores rosas o moradas, lo que les da cabida en la familia de las bignoniáceas. Estos árboles no sólo embellecen las calles de Mérida con su colorido espectáculo floral, sino que también forman parte importante de la cultura y tradiciones locales.

Estos hermosos árboles florecen entre los meses de marzo y junio, cuando sus enormes flores rosas tapizan los horizontes, parques y jardines en la Península de Yucatán. Su floración es un indicador de que se acerca el final de los frentes fríos y la “heladez”, dando paso gradualmente a las altas temperaturas que caracterizan la región.

Aunque el maculí es considerado un árbol endémico de Yucatán, también se encuentra en otros estados del sureste de México, como Veracruz, Tabasco y Chiapas.

En maya, se le llama “Hokab” y su madera se utiliza para construcciones rurales. Además, sus hojas, corteza y flores tienen propiedades medicinales para tratar padecimientos como fiebre, paludismo, tifoidea y diabetes. Químicamente, el maculí es rico en naftoquinoa, que está siendo estudiado como antídoto para el cáncer.

Habitualmente, en Yucatán, los hermosos árboles de maculís comienzan a florecer con el cambio de estación a mediados de marzo. Sin embargo, hoy Mérida se encuentra vestida de rosa desde inicios de febrero, ello podría ser una señal de alerta.

La relación entre la floración anticipada del maculís y el calentamiento global es un tema que no debemos ignorar. El cambio climático puede afectar los patrones y las estaciones en todo el mundo. La anticipación de la floración del maculís al igual que la floración de las jacarandas podría estar relacionada con alteraciones en las temperaturas y los ciclos naturales debido al calentamiento global.

Este desorden generalizado ha sido mucho más evidente este ultimo año, desde las invasiones de langostas, el atraso de las lluvias por dos meses, la heladez cuando generalmente ya no debería estar tan “frío” y la floración anticipada de los maculís y las jacarandas son señales innegables del desorden generalizado que hay en el clima y los ecosistemas. Debemos tomar acción para minimizar los efectos de estos cambios en nuestra vida cotidiana.

En resumen, la floración temprana del maculís en Yucatán es un indicador valioso para comprender las condiciones climáticas locales y su relación con el calentamiento global. Mantener un seguimiento cuidadoso de estos eventos naturales nos ayuda a tomar acciones de prevención y mitigación ante posibles impactos ambientales.