René Emir Buenfil Viera
psicrenebuenfil@gmail.com
En primer lugar tienes que estar listo(a) y preparado(a) para dar el paso, si no, caen en un ciclo de terminar-regresar que aumenta la violencia. Muchas personas terminan envalentonadas por otras personas, fue la amiga la que la convenció, incluso la psicóloga, pero cuando su pareja todavía ejerce mucho control, manipulación y poder sobre la persona, lo más probable es que terminen regresando ante la insistencia de una persona que sabe cómo hacer que la otra persona caiga redondita.
En segundo lugar, cuando has pasado mucho tiempo en tensión constante, peleas constantes, desbordados(as) emocionalmente de manera continua, diciéndose cosas hirientes, es lógico que salir de esa desregulación emocional se sienta como que te quitan un peso de encima.
Los motivos de las discusiones pueden ser repetitivos, o a veces por cosas insignificantes, pero duran horas, se reclaman de todo, se lo toman personal, malinterpretan la comunicación, se ofenden, se dicen hasta de lo que se van a morir, y al final esos pleitos que parecen interminables no resuelven nada, o muy poco, y por muy poco tiempo.
En tercer lugar, el alivio viene de la reconexión contigo mismo(a), de reconocer todo lo que perdiste, lo que postergaste, cuánta energía desperdiciada en sostener lo insostenible una y otra vez, en comprender que tu pareja ya se cayó del pedestal donde la subiste, que ya tuviste suficiente, que empiezas a probar las mieles de los límites sanos, que con mucho esfuerzo y trabajo consigues empezar a desengancharte de todo lo negativo, cuando empiezas a practicar que no te saquen de tu centro ni te mortifiquen los reclamos, o la ley del hielo, o los berrinches de adulto(a) de tu pareja.
Qué alivio salir del infierno en el que ya muchas veces pensaste que no te merecías, que no te llevaba a ningún lado, que los esfuerzos eran inútiles, que ya no hay nada que salvar, donde terminabas rogando porque no se terminara, para después cuestionarte lo que hiciste y a cambio de qué, llegar al límite tocando fondo con acciones que ni tu mismo(a) reconoces hasta que te das cuenta del error que has cometido.
Es de sabios(as) cambiar de opinión y reconocer que la regaste, y sí, tal vez estos pasos los estás dando lleno(a) de miedos, pero en el fondo sabes que vale la pena cortar definitivamente.
Felicidades por decidirte a dar este paso que tanto dudabas, pero ahora ya estás por fin del otro lado, y esto es solo el comienzo donde claro que hay que volver a armar el rompecabezas y encontrarle sentido a los nuevos comienzos, y aún así es maravilloso renacer de las cenizas y ponerte de pie con la convicción de que puedes dejar atrás la tormenta.
Reconozco que perdiste mucho, y hay cosas que qué bueno que se fueron y otras que dolerán siempre haberlas perdido en el camino, pero ganarte de vuelta y sentir la libertad por primera vez en mucho tiempo no tiene precio ni comparación.
A sonreír porque se abren para ti nuevas posibilidades de vida.