Deyanira Trinidad Álvarez Villajuana
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Por último, pueden darse falsos negativos en situaciones como cuando se aplica de forma incorrecta la prueba, existe un lavado de manos posterior al disparo, se frotan las manos con alguna prenda, pasa un tiempo mayor a seis horas después del disparo o bien, existe una ausencia de desprendimiento de pólvora en armas mal ajustadas.
Debido a lo anterior, es fundamental que la prueba utilizada tenga una alta especificidad y sensibilidad (Inestroza, 2006). Existen numerosas técnicas que pueden ser utilizadas para la recolección de muestras de residuos y seleccionar la más adecuada es importante para asegurar la eficiencia de captura máxima. Puede realizarse por moldeado con parafina o celulosa, por frotamiento, levantamiento con cinta adhesiva, levantamiento por vacío, lavado, levantamiento con pegamento y técnicas para recolección en sitios específicos, como orificios nasales o pelo (Pérez-Cao, 2001).
Para el análisis de los residuos se han utilizado diversas técnicas con el paso del tiempo, como por ejemplo la prueba de activación de neutrones, la prueba de Harrison-Gilroy, la técnica del rodizonato de sodio, la prueba de la parafina o guantelete, la prueba de Walker y la prueba de Lunge (Wolten, 1979). Recientemente se ha venido utilizando la prueba de espectrofometría de absorción atómica, que como se ha señalado al inicio, es una técnica analítica enfocada en la determinación de elementos basada en la absorción de energía radiante por átomos libres en su estado basal (Soria, 2012).
La cantidad de energía puede medirse y resulta proporcional a la concentración de átomos que la absorben (Astm, 1995). Dicha técnica se ha utilizado justo con el fin de identificar Plomo, Bario y Antimonio en las zonas más frecuentes de manipulación producidas durante el uso de un arma de fuego. Esta técnica se basa en la absorción a diferentes longitudes de onda, las cuales son características para estos elementos en sus diferentes estados atómicos (Jiménez, 2013). Es un método relativamente fácil y su sensibilidad puede compararse con la de activación de neutrones, que ha sido el estándar de oro hasta hace poco (Astm, 2001; Rocha, 2000).
La espectrofotometría de absorción atómica ha sido preferida en su uso, por encima incluso de la fotometría de flama, ya que, esta última es más susceptible de interferencias y la sensibilidad en ambos métodos es similar (Cano, 2010). La principal aplicación de la fotometría de flama es la detección de sodio y potasio. Por EAA se pueden determinar más de 70 elementos (De Oliveira, 2005). Otros usos del espectrofotómetro de absorción atómica en la química legal son: la determinación de concentraciones de Plomo en explosivos, el posible contenido de Plomo en dulces y cosméticos, la detección de metales en fertilizantes y fungicidas (Lorenzo, 2010).
Asimismo, se ha determinado Oro y Molibdeno en la sangre a consecuencia de la exposición de los trabajadores de minas, concentración de Plomo, cadmio, manganeso, arsénico, mercurio en muestras ambientales, agua de empresas, albercas y aguas potables (Jean Vertus, 2007). En resumen, la espectroscopía (medición de la energía que absorbe o emite un compuesto) y la espectrometría de masas (utilizamos electrones (en otros casos otras partículas para transportan energía) para incidir sibre la muestr), tienen un campo de aplicación apasionante, a favor de la resolución de casos y la búsqueda de justicia social, que es el fin último de las acciones realizadas, dentro de un estado de derecho.