Texto y foto: Darwin Ail
Al oficiar la misa de acción de gracias por su cumpleaños, el arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vega, aclaró que en la Iglesia el exorcismo se realiza diario y más en Cuaresma en los confesionarios, en los que se exorcizan las faltas y los fieles pueden vivir en la pureza.
Explicó que Jesús también hizo exorcismos y milagros que a veces eran enfermedades que en el aquel tiempo no tenían nombre y explicación, y el Salvador curó a muchos por posesión diabólica o enfermedades.
Indicó que en la Iglesia se lleva a cabo con discreción, no se presume, simplemente saber que el demonio existe y actúa, el tentador trata de poseernos en los pensamientos, en la manera actuar, el pecado es caer en manos del demonio, acercarnos al Señor por el sacramento de la confesión para vivir puros delante de Dios.
“No hay que preocuparnos tanto por el demonio, todos tenemos la capacidad de ignorarlo, no escucharlo, no se dialoga con la tentación de ser fieles a Dios, si en algún momento no le somos fieles a Dios y pedir perdón en el confesionario”, refirió.
Dijo que, en el Santo Evangelio, Jesús con toda su autoridad expulsa a un demonio, la gente que está con Él, la realidad es ésta: algunos se preguntan si existe el exorcismo, hay quienes buscan en libros y películas, suceden los exorcismos, hay quienes buscan donde predican, hoy está de moda, una curiosidad morbosa de cierto sector de la Iglesia.
Por otra parte, indicó que es importante escuchar, esto es hasta un arte, ya que en ocasiones se dan problemas y todo porque no se prestó atención a las instrucciones, a los que se nos dijo.
Agregó que cuando alguien no nos escucha, cuando hablamos y no nos contestan, cuando nos ignoran, seguramente nos molesta o sentimos mal, nos da tristeza, coraje, porque cuando hablamos es para que nos escuchen.
Indicó que la mayoría de los problemas de la vida matrimonial se debe a que los esposos no se escuchan, es un arte escuchar con respeto, amor, a aquel que nos habla y ese arte de saber escuchar fortalece las relaciones matrimoniales, filiales, de amistad o de vecindad.
Finalmente, recordó cuando el profeta Jeremías, de parte de Dios, le dice al pueblo Israel: éste es el pueblo que no escuchó la voz del Señor.
“Lo escuchamos, la Cuaresma es tiempo para escuchar al Señor y convertirnos a Él, es el llamado para prepararnos a la Pascua, se escucha a leer su palabra, que está en la Biblia, a predicarla, aplicarla”, finalizó.