Trabajadores, activistas y otras personas de todo el mundo tomaron las calles el miércoles para conmemorar el Primero de Mayo con protestas contra el aumento de precios y llamados a obtener mayores derechos laborales. Los sentimientos a favor de los palestinos también estuvieron presentes.
La policía en Estambul usó gas lacrimógeno y disparó balas de goma para dispersar a miles de personas que trataban de atravesar una barricada y llegar a la importante plaza de Taksim, desafiando la prohibición de celebrar el Día del Trabajo en ese lugar. El Ministro del Interior, Ali Yerlikaya, dijo en la red social X que al menos 210 personas fueron detenidas.
En el Día del Trabajo se celebran los derechos de los trabajadores y también es una oportunidad para manifestar quejas económicas o exigencias políticas. “Que los ricos paguen impuestos”, decía un pendón en Alemania. “¡No toquen la jornada de ocho horas!”, decía otro en Sri Lanka.
En Atenas, varios miles de manifestantes se unieron a las marchas mientras las huelgas laborales interrumpían los servicios de transporte público y ferrocarriles en toda Grecia. El sindicato más grande del país exige volver a las negociaciones colectivas después de que los derechos laborales fueran perjudicados durante la crisis económica griega de 2010 a 2018.
Manifestantes propalestinos se unieron a las marchas, agitando una gigantesca bandera palestina mientras marchaban frente al Parlamento griego. Otros mostraban pendones en apoyo a los estudiantes estadounidenses que protestan a favor de los palestinos.
En París, miles de manifestantes marcharon por la capital francesa, buscando mejoras en los salarios y las condiciones de trabajo. Grupos propalestinos y activistas contra los Juegos Olímpicos se unieron a la marcha, coreando lemas en apoyo a las personas en Gaza.
En Sudáfrica, manifestantes propalestinos se unieron a la conmemoración del Primero de Mayo. En Kenia, el Presidente William Ruto hizo un llamado para aumentar el salario mínimo del país. En Irak, manifestantes exigieron mejores salarios, la reapertura de las fábricas cerradas y el fin de la privatización de ciertos negocios.
Las tradicionales movilizaciones de sindicatos por el Día Internacional del Trabajador en Latinoamérica pusieron el foco principalmente contra las políticas de ajuste y la caída de los salarios, mientras en el caso de El Salvador sirvieron de excusa para cuestionar el modelo de seguridad del Presidente Nayib Bukele.
Varios cientos de trabajadores se movilizaron hacia el centro de Buenos Aires convocados por la principal central sindical de Argentina, justo un día después de que el Presidente Javier Milei lograra el primer respaldo parlamentario a una reforma laboral que los gremios consideran una amenaza para sus derechos. En coincidencia con la protesta, el Presidente publicó un video en redes sociales saludando a los trabajadores por su día y planteó en un mensaje indirecto a los sindicatos: “¿Quién es el bueno o el malo? ¿El que reclama derechos que no existen o aquellos que queremos sacar a la gente de esta miseria?”.
Texto y foto: Agencias