Salvador Castell-González
La innovación social ha emergido como un concepto clave en la búsqueda de soluciones a los desafíos globales y la supervivencia de la especie. Pero ¿cómo contribuye la innovación social en el proceso de migrar hacia una cultura de la sostenibilidad?
La innovación social es considerada esencial para alcanzar los ODS de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ya que aborda problemas complejos como los ambientales y promueve un cambio en la actitud y comportamiento de la ciudadanía.
Recientemente, este tipo de procesos han sido utilizados como una llamada para catalizar las acciones climáticas, recordando y bajo el principio que sin justicia social no hay justicia ambiental.
Pero ¿qué es la innovación social?
Aunque es una palabra nueva, este término de “innovación social” se refiere a estrategias orientadas a generar ideas y proyectos para enfrentar problemas estructurales como la pobreza, discriminación, violencia de género y cambio climático.
Básicamente es reinventar la manera como se genera riqueza, involucrando a la base social y los grupos en situación de vulnerabilidad, generando oportunidades para todos y todas, y que nadie se quede atrás. Estos proyectos son multidimensionales y buscan mejorar la calidad de vida de la sociedad en su conjunto.
La innovación social ha sido un factor clave para mejorar las condiciones de vida en diversas regiones, contribuyendo al avance hacia los ODS y los anteriores Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Además, ha generado ingresos para poblaciones vulnerables, incrementado tasas de matriculación escolar, reducido la mortalidad materna y visibilizado la violencia intrafamiliar en comunidades específicas.
La innovación social es una gran herramienta y debemos entenderlo así, generar bienestar, no riqueza, desde la base social.
Uno de los modelos más prácticos ya de gran impacto es la economía solidaria, modelos de desarrollo y bienestar basado en la cooperación y colaboración. A diferencia de la economía social, la economía solidaria si permite y estimula la inversión privada en los modelos económicos de base social, de manera cooperativista, donde todos tienen beneficios tangibles del proyecto de desarrollo.
Estos modelos generalmente incluyen iniciativas que promueven la diversidad biológica, el empoderamiento de mujeres empresarias, el agua, y la lucha contra el cambio climático.
La innovación social es un motor de cambio y progreso hacia un mundo más justo y sostenible.
A través de la participación comunitaria y la creación de soluciones creativas, la innovación social está desempeñando un papel crucial en la implementación de cultura de la sustentabilidad y en la transformación de la sociedad hacia la sostenibilidad.
La educación y el reconocimiento de proyectos exitosos son fundamentales para inspirar y acelerar este proceso.