Anécdotas en torno a las charolas yucatecas

Contienen longaniza, carne asada, kibis y chayitas, entre otros antojitos, que son en la actualidad muy demandados por la clientela

Édgar Morales Miranda es el propietario de un restaurante regional denominado “El Mesón Yucateco”, que sigue la tradición que se inició en la década de los setentas y ochentas en el desaparecido bar La Prosperidad, respecto a la preparación de un surtido de antojitos yucatecos presentados en una charola, y que en su momento se enviaron a personalidades que no tenían el tiempo para acudir a degustarlos en el local, incluyendo por supuesto hasta a presidentes del país.

Édgar nos platicó que es su suegro, el popular “Palanca”, (Marco Antonio Martínez Encalada), quién laboró muchos años en el mencionado bar de los Medina, y quién propuso retomar la preparación de las famosas “charolas yucatecas”, que contienen longaniza, carne asada, kibis y chayitas entre otros antojitos, y qué son en la actualidad muy demandados por la clientela, que los solicita para cumpleaños o algún convivio familiar.

De hecho, una anécdota muy famosa es la que gira en torno a unas charolas que se llevarían al presidente de México, en aquel entonces Miguel de la Madrid Hurtado en el mismísimo avión presidencial, y fue Jorge Medina Cosgaya quien fue al local de su padre para cumplir con la encomienda de llevarlas al aeropuerto, donde fue invitado a subir al avión pidiéndole que también viajara para explicarle personalmente al presidente qué platillos eran los que se incluían.

La cuestión es que después de haber explicado a detalle de qué se trataba cada platillo, llegó a la Ciudad de México donde todos bajaron y él joven que entonces tenía solo 15 años, se quedó en el avión porque nadie le decía qué es lo que iba a hacer así es que finalmente tuvo que pedir ayuda a una azafata del avión que le compró su boleto de regreso, el cual por supuesto pagó el gobierno.

“Cuando se hacía la semana yucateca en México La Prosperidad era la encargada de hacer todos los platillos”, recordó Édgar, quien destacó que en la charola no pueden faltar los panuchos, los papazules, carne a la yucateca relleno negro y la cochinita.

Las charolas se ofrecen en diferentes tamaños y precios que van desde los 250 la chica para cuatro o cinco personas, y le siguen la mediana, la grande y la jumbo, explicó nuestro entrevistado, quien hizo una pausa en sus actividades, para platicarnos más de este producto, y de otros que se ofrecen a los comensales en este lugar ubicado justo en la glorieta del periférico oriente con calle 59, que por cierto los sábados y domingos cuenta con el servicio de valet parking.

“Tenemos la dicha de comentar que estas charolas lo mismo las solicitan políticos que,  artistas y también gente de las colonias, inclusive lejanas que nos la piden cuando celebran algún cumpleaños o algún festejo, hasta no se han contratado para eventos de bodas que se hacen al mediodía para que les llevemos sus charolas, una o dos por mesa para los invitados, es muy bonito servir a la gente”, subrayó.

Precisamente, además del sazón de la comida, este es uno de los atractivos que tiene el mesón yucateco ya que Édgar se caracteriza por ser un buen anfitrión, que siempre está al pendiente de lo que necesitan los comensales a quienes les dedica un tiempo para acompañarlos y platicar con ellos  en la mesa.

datos a destacar

– Muchos comensales llegan de diferentes estados de la república buscando a Edgar para disfrutar de la comida yucateca.

-Así es que, independientemente de las charolas yucatecas, si tiene usted oportunidad los lunes puede visitar a este buen amigo para degustar de un sabroso plato de frijol con puerco o los martes un tradicional queso relleno.

-Mientras que los viernes están dedicados a los mariscos, por supuesto de manera adicional al menú habitual que incluye relleno negro, orejitas y pezuñas de cerdo.

-Las charolas se ofrecen en diferentes tamaños y precios que van desde los 250 la chica para cuatro o cinco personas.