El colectivo de apicultores Ich-Ek denunciaron la muerte masiva de abejas por el uso de plaguicidas.
Productoras y productores de miel expusieron detalles de una mortandad de polinizadores que se aceleró sobre todo en el último año, e hicieron hincapié en cómo la destrucción forestal que origina la actividad de los ranchos agrícolas buena parte de ellos, pertenecientes a la comunidad menonita en Campeche– redujo al mínimo el pecoreo de polen y néctar que llevan a cabo las abejas. Mencionaron, también, que la sequía imperante dio pie a incendios que, mayormente intencionales, son aprovechados por el agronegocio mediante acciones de despojo para seguir sumando hectáreas de cultivos intensivos.
El desastre ambiental es tan dramático como la tragedia económica que padecen las comunidades en esos territorios, dedicadas de forma histórica a la producción de miel, que es sustento clave de los hogares. A la par de la pérdida de una actividad que es símbolo cultural intergeneracional, los pueblos mayas de la Península transitan este tiempo afectados por auténticos bombardeos con venenos agrícolas que, en la mayoría de los casos, dañan de un modo irreversible la salud de las personas, contaminan el agua, y aniquilan la fauna local.
“En marzo de 2023 perdimos más de 3 mil 600 colmenas. En diciembre de ese año nos dieron un apoyo para repoblar pero nada cambió: en enero de 2024 volvieron a usar fipronil y mataron a otra cantidad de abejas –casi 800 colmenas–. Nadie se ha hecho responsable hasta ahora”, afirmó un apicultor de San Francisco Suc-Tuc en Hopelchén, Campeche.
Aun sin sufrir afectaciones por el huracán, al llegar a los predios correspondientes los apicultores notaron inmediatamente una baja considerable en las colonias y una cantidad de abejas muertas en las piqueras que catalogaron en su experiencia como una muerte masiva de abejas, encontrando algunas con síntomas claros de intoxicación por plaguicidas altamente peligrosos.
Los apicultores originarios de la comunidad de Ich-Ek, fueron visitando un total de 11 apiarios confirmando la muerte de más de 248 colmenas, lo cual representa la pérdida total del patrimonio de más de 40 años de trabajo de las familias apicultoras.
Los apicultores realizaron un monitoreo de campo en un radio cercano a los predios donde se encuentran sus colmenas, identificando un polígono a aproximadamente de 1.5 a 3 kilómetros de distancia con un total de 13 hectáreas de chile habanero en diferentes etapas de cultivo, el cual al ser un cultivo con gran susceptibilidad a las plagas requiere de grandes cantidades de sustancias altamente toxicas para las abejas y la biodiversidad.
En un estudio realizado por el Instituto Nacional de Equilibrio Ecológico y Cambio Climático (Inee) marzo del 2023, en la región de Hopelchén se identificaron 9 de 13 plaguicidas investigados en las muestras, con 4 mostrando toxicidad moderada (acetamiprid, cyprodinil, nicosulfuron, thiacloprid) y 4 alta toxicidad (dimethoate, fipronil, imidacloprid, thiamethoxam) para las abejas. El 56% de los sitios cerca de las colmenas contenían al menos un insecticida peligroso para abejas, sugiriendo una relación con la muerte masiva. Este hallazgo indica prácticas inadecuadas de manejo de plaguicidas en la región, incluyendo mezclas que potencian su efecto nocivo.
La vinculación de la muerte masiva de las abejas con fumigaciones agrícolas de todo tipo en la región maya de los Chenes se suma a la larga lista documentada por apicultores en años anteriores y en este 2024 como el registrado en la comunidad de San Francisco Suc-Tuc y crucero de Oxá en el mes de marzo.
El impulso de la producción agroindustrial en el Estado de Campeche incentiva a continuar con prácticas de producción con consecuencias negativas sobre la biodiversidad y las comunidades mayas que han dependido por generaciones de la actividad apícola.
En el municipio de Hopelchén, a pesar de contar con amparos y suspensiones definitivas de las fumigaciones con plaguicidas altamente peligrosos otorgados por el sistema de justicia mexicano, las afectaciones a las abejas y polinizadores se siguen dando de manera sistemática y sin que las autoridades de los tres niveles de gobierno actúen de forma efectiva, castigando a quienes resultan responsables de estos actos que atentan contra la naturaleza, los derechos humanos e incumplen con la legislación y las leyes mexicanas.
Texto y foto: Agencias