René Emir Buenfil Viera
psicrenebuenfil@gmail.com
Cuando digo que el objetivo de la terapia de parejas desde las prácticas colaborativas y dialógicas es “abrir nuevas posibilidades de vida, ahí, donde parecía no haberlas”, citando a Harlene Anderson, me refiero a que las parejas cuando vienen a terapia, si se sienten estancadas, o llegan a identificar ciertos patrones o ciclos repetitivos durante la sesión, es ahí donde mi trabajo es invitarles a explorar maneras distintas de reaccionar, no caer siempre en lo mismo, desengancharse de ese sentimiento negativo que les produce algo que su pareja dice o hace u omite, y que de una u otra forma terminan cayendo en lo que parece ser la misma discusión de siempre, ¿Cómo se ve esto?
De muchas formas, tal vez en algunas ocasiones reflexionamos juntos sobre las cosas que detonan este sentir, los disparadores de cada persona pueden ser diferentes pero muchas veces creemos que nuestra pareja nos molesta a propósito cuando ni siquiera está consciente de eso que nos hace explotar. En otras ocasiones indagamos juntos (as) lo que ambas personas vieron y vivieron en sus casas cuando eran chicos (as) y si lo están tratando de reproducir nomás porque es lo que conocen, o por el contrario, tomándolo como contra ejemplo, evitando a toda costa convertirse en sus padres.
También es frecuente que las personas en terapia de pareja se den cuenta que necesitan terapia individual, es decir, al hablar de lo que sienten, o de los conflictos con su pareja ven que hay muchas cosas que resolver en la relación, pero al mismo tiempo se enfrentan con sus demonios personales que saben que han estado evitando mucho tiempo y que hay cosas que no le competen a su pareja.
En terapia de pareja nos podemos concentrar en lo relacional, en lo que están construyendo entre las dos personas y en cómo contribuye cada quien a que eso pase, es decir, desde lo relacional nos enfocamos más en la interacción, y las parejas poco a poco transitan desde el hablar desde el individualismo que esta persona me hizo tal cosa, o es que yo necesito esto y aquello, hasta hablar desde lo relacional de un nos hicimos, nos dijimos, llegamos a este punto porque ambas personas contribuimos para estar en esta situación, aunque sea en diferente medida, o quizá una persona más activamente que la otra, pero ambas personas ponen o quitan algo para que esto suceda.
Pasar de lo individual a lo colectivo es un gran paso porque muchas parejas pueden decir que se ven como un equipo o que son o deberían ser un equipo, pero en realidad si ambos quieren jalar harina para su molino, y poco salen al encuentro del otro a mitad del camino, si desde el orgullo no quieren ceder ni llegar a acuerdos y desean más imponerse, o están acostumbrados (as) a desestimar lo que la otra persona dice, en terapia de pareja pueden descubrir el poder del nosotros(as), el poder de no sólo complementarse, sino de las acciones coordinadas, el poder de la colaboración que viene del poner la relación en el medio como lo más importante.