Everardo Flores Gómez
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Este lunes de regreso a clases de miles de niños y adolescentes en todo el estado de Yucatán, quiero destacar algunas iniciativas impulsadas en diversas ciudades del mundo para promover la movilidad activa como medio de transporte para ir a la escuela, considerando que caminar o usar la bicicleta son esenciales para promover la salud y el desarrollo físico y mental de la niñez y la adolescencia. Se trata de estrategias que bien harían las nuevas autoridades municipales y estatales en implementar en nuestro estado.
Como sabemos, hasta hace no muchos años en Yucatán, la mayor parte de la población estudiantil de primarias y secundarias, tanto en pueblos como en Mérida, tenían la posibilidad de desplazarse caminando o en bicicleta a su escuela, así como usar las calles para el juego, sin acompañamiento de personas adultas. En la actualidad, esta autonomía de movimientos se ha visto drásticamente limitada por un modelo urbano que prioriza la movilidad en automóvil, lo que ha generado toda una serie de efectos nocivos sobre la vida de las infancias y adolescencias.
Para tratar de paliar o de plano revertir estos efectos, no exclusivos de Yucatán, se han implementado en el mundo algunas estrategias, ahora me referiré a dos de ellas.
Entornos escolares seguros. Es un programa que busca que la seguridad de los alumnos se traslade a los espacios públicos adyacentes a la propia escuela, donde no existan condiciones que pongan en riesgo los derechos humanos, así como la integridad física o emocional de los estudiantes como por ejemplo la circulación de autos a alta velocidad, la presencia de hechos delictivos y situaciones de acoso escolar. Implementar este programa requiere del concurso de autoridades municipales y escolares, así como de los padres de familia.
Bicibús. Se trata de un grupo de alumnos que pedalean en grupo de casa a la escuela y de regreso, acompañados de personas adultas que pueden ser los padres de familia, profesores o cuidadores. Es una opción de transporte segura, saludable y sostenible para el alumnado que desea desplazarse al centro educativo en bicicleta y que normalmente hace el trayecto en coche u otros medios de transporte. Al igual que un autobús, un bicibús tiene un itinerario predefinido con puntos de salida y llegada, y unos horarios establecidos para su recorrido. A diferencia de un autobús convencional, las paradas son puntos de encuentro para que las personas participantes se unan al grupo. Para implementar este programa hace falta ante todo la voluntad de los padres de familia con la colaboración de las autoridades municipales y escolares.
Es imperativo promover que los niños y adolescentes en Yucatán vayan a la escuela en bici para reducir el sedentarismo, la ansiedad y la obesidad infantil, al mismo tiempo que se promueven calles seguras para toda la población. Así sea.