La paz en la era del cambio climático: una nueva definición

Salvador Castell-González 

El sábado pasado fue el Día Internacional de la Paz y nos encontramos en un preocupante punto de inflexión. Mientras celebramos los avances en la resolución de conflictos y la cooperación internacional, debemos reconocer que la noción de paz ha evolucionado. Las amenazas tradicionales a la paz, como las guerras y los conflictos armados, coexisten ahora con nuevos desafíos globales como los fenómenos climáticos extremos.

La paz, tradicionalmente asociada a la ausencia de guerra, debe redefinirse para incluir la seguridad humana en todas sus dimensiones. Esto significa no solo la ausencia de violencia, sino también la garantía de condiciones de vida dignas, acceso a recursos básicos y protección contra los impactos del cambio climático.

Los eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes e intensos, están generando conflictos por recursos escasos, desplazando a millones de personas y desestabilizando regiones enteras. Sequías prolongadas, inundaciones catastróficas y tormentas devastadoras exacerban las desigualdades sociales y económicas, socavando la cohesión social y aumentando las tensiones políticas.

Si queremos construir un futuro pacífico y sostenible, debemos abordar las causas profundas de estos conflictos. La ciencia es clara: el cambio climático es causado por la actividad humana, principalmente por la quema de combustibles fósiles. Por lo tanto, la transición hacia una economía baja en carbono es esencial no solo para mitigar el cambio climático, sino también para prevenir conflictos y construir la paz.

La sostenibilidad debe ser el nuevo paradigma de la paz. Un mundo sostenible es aquel en el que las necesidades de las generaciones presentes se satisfacen sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer las suyas. La sostenibilidad implica una transformación profunda de nuestros sistemas económicos, sociales y ambientales.

Para lograr esta transformación, es necesario un esfuerzo global y coordinado. Los gobiernos deben invertir en energías renovables, promover la eficiencia energética, proteger los ecosistemas y apoyar a las comunidades más vulnerables. Las empresas deben adoptar prácticas sostenibles y asumir su responsabilidad social. Y la sociedad civil debe movilizarse para exigir cambios y construir un futuro más justo y equitativo.

La paz y la sostenibilidad están inextricablemente ligadas. Al invertir en un futuro sostenible, estamos invirtiendo en un futuro pacífico. La lucha contra el cambio climático es una oportunidad única para construir un mundo más justo, más equitativo y más seguro para todos.

En este Día Internacional de la Paz, renovemos nuestro compromiso con la construcción de un mundo más sostenible y pacífico. Que la paz sea más que la ausencia de guerra; que sea la garantía de un futuro próspero y equitativo para todos.

Palabras clave: paz, cambio climático, sostenibilidad, seguridad humana, conflictos, energías renovables, transición energética.