Editorial de Peninsular Punto Medio

La doctora Claudia Sheinbaum Pardo tuvo ayer su primer día de trabajo formal, tras la jornada de fiesta del pasado 1 de octubre.

Tal como estaba programado, se realizó la primera “Mañanera del Pueblo” y sorprendió con su primera decisión de Estado, ofrecer disculpas públicas a las víctimas y familiares de los hechos del 2 de octubre de 1968, en el que las fuerzas federales agredieron a estudiantes que se manifestaban en la Plaza de Tlatelolco.

La titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Rosa Icela Rodríguez Velázquez, ofreció la disculpa pública: “En cumplimiento a la instrucción de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, y con la convicción de la responsabilidad histórica que han otorgado a este gobierno millones de mexicanas y mexicanos, me dirijo a ustedes para pronunciarnos en nombre del Estado mexicano por los actos de violencia cometidos el 2 de octubre de 1968.

“Este crimen de lesa humanidad fue ideado, ejecutado y encubierto desde la más alta autoridad del poder público y su responsabilidad principal recayó en el entonces presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz. Se trató de un reprobable acto de represión estudiantil y social que tuvo como consecuencia decenas de muertos, heridos, detenidos extrajudicialmente y torturados. Con la masacre de Tlatelolco se dejó ver el agotamiento del Estado represor vertical y autoritario, que usó la fuerza de sus instituciones en contra del pueblo”, indicó.

Rodríguez Vega prosiguió: “Hoy, en este acto, nos dirigimos a las madres, a los padres, a los hermanos, a las familias y también a los sobrevivientes de aquel oscuro periodo, pues son ellos quienes se encargaron de mantener viva la memoria de aquellas atrocidades y continuar con la lucha y la exigencia de justicia”.