El día después en la zona cero del azote de Rafael en Cuba: Nunca había visto algo así

Cuando Yusimí regresó a su casa la mañana siguiente de que el huracán Rafael  tocara tierra en Playa Majana, ya no quedaba nada. Solo un par de paredes de madera y algunas vigas.Esta mujer de 46 años se resguardó de los vientos, de hasta 186 kilómetros por hora, en casa de una vecina, en el poblado de Corojal, junto con su hija de 33 años, con discapacidad intelectual y movilidad reducida. “Yo no paraba de llorar toda la noche. Y cuando por fin viramos y la casa no estaba, casi me muero de la tristeza”, cuenta a EFE.

Yusimí se abraza desconsolada con Margot García, de 91 años y quien perdió parte de su techo. Ella ya tiene experiencia con huracanes pero coincide con lo que el resto de los vecinos ahí reunidos repite en bucle con la mirada perdida: “Nunca había visto algo así”. Las historias de terror en Corojal se suceden unas a otras entre el fango, los pedazos de madera y planchas de zinc esparcidas sobre el campo, en esta humilde localidad a las faldas de la carretera.

Rafael tocó tierra en Cuba como huracán de gran intensidad en la tarde del miércoles y cruzó la isla de sur a norte durante más de dos horas. El Instituto Meteorológico (Insmet) registró lluvias de hasta 195 milímetros. En Playa Majana aún se puede ver el mar intranquilo rompiendo sobre el embarcadero de los pescadores.

Las casas están vacías. Muchas de ellas -hechas de cemento, a diferencia de las del campo- se mantienen de pie, aunque otras están parcialmente destruidas. Un par de hombres de mediana edad camina mar adentro para buscar materiales debajo del agua y así acumularlos en la orilla. “Dios es lo más grande. Hay que seguir su plan”, le dice uno, que prefiere no dar su nombre, a EFE. Mientras que otro, que carga un balde con agua para limpiar el fango de su casa, solo se echa a reír.

Los estragos de Rafael

El Gobierno cubano ya avanzó, a poco de pasar Rafael, que las afectaciones concentradas en las provincias occidentales de La Habana, Artemisa y Mayabeque, son “muy fuertes”. Por el momento no se han reportado víctimas mortales, como enfatizó en redes el canciller cubano, Bruno Rodríguez.

El ciclón afectó a más de cuatro millones de personas y representó un nuevo golpe para un país sumido en una grave crisis económica.

Texto y foto: EFE