El arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vega, declaró que el cristiano auténtico llevará la verdad por delante a los negocios, a los trabajos, a los estudios y hasta los espacios políticos: si ha de triunfar en el mundo, será sobre la roca de la Verdad del Reino de Cristo.
“De otro modo, si no vence en las cosas del mundo, portará entonces con amor y santo orgullo la corona de espinas que su Rey llevó al calvario. Por ser hijos de Dios y por creer en Jesucristo, Rey del universo, los cristianos hemos de ser conscientes de que, por nuestra condición de hijos de Dios, compartimos con Jesús su condición regia, que implica vivir acorde con ella, respetando nuestra propia dignidad de cristianos, así como la de todos los hijos de Dios”, enfatizó.
Aseveró que como cristianos, espiritualmente pertenecemos al Reino de Cristo, pero como ciudadanos vivimos en un país que, como la mayoría de las naciones, busca regirse democráticamente.
“Para que el ideal democrático se cumpla a plenitud es necesario, no sólo que demos al clavo para elegir al mejor de todos los gobernantes, sino que todos y cada uno nos comprometamos con el bien común de los demás. El egoísmo y el individualismo no contribuyen a una verdadera democracia”, enfatizó.
“Decía Abraham Lincoln que un gobierno democrático es un gobierno ‘del pueblo, por el pueblo y para el pueblo’. Platón y otros antiguos filósofos creían en la superioridad de la monarquía sobre una posible democracia como forma de gobierno; porque que la democracia, en sí misma, la consideraban imposible, pues, según esto, el gobierno de todos era juzgado como el gobierno de nadie”, indicó.
“Como dice el dicho latino: ‘Res nullius primi capienti’, es decir, ‘Lo que es de nadie es del primero que lo tome’. El pasaje evangélico de ayer está tomado del texto según san Juan; éste nos describe el diálogo que se dio entre Jesús y Pilato, el cual quería entender por qué acusaban a Jesús de proclamarse rey. Los sumos sacerdotes querían la muerte de Jesús por haberse reconocido como Hijo de Dios; sin embargo, ante la ley imperial esa acusación no era suficiente para llevarlo a la muerte, en cambio una causa de muerte segura, era el acusarlo de atentar contra el reinado del César”, refirió.
“El Reino de Cristo requiere de cristianos convencidos y decididos a seguirlo, a construir ese Reino. Tengamos en cuenta que Jesús le dice a Pilato que su Reino no es de este mundo. Y tu reino personal, ese reino que tú te construyes ¿es el Reino de Cristo o es el tuyo propio? Si tu objetivo en la vida es acumular más poder y autoridad, si te olvidas de servir a los demás, tu reino es de este mundo, no es el Reino de Cristo. Si buscas a como dé lugar acumular éxitos y dinero, olvidándote de ser solidario y de tus compromisos con la comunidad, entonces tu reino es de este mundo, no es el Reino de Cristo. Si buscas a toda costa espacios para el placer sensual al grado de olvidarte del respeto a los demás y de tus necesidades espirituales, en consecuencia, tu reino es de este mundo, no es el Reino de Cristo”, mencionó.
“Jesús admite ante Pilato que es rey, que nació y que vino al mundo para ser testigo de la verdad; y añade: ‘Todo aquel que es de la verdad, escucha mi voz’ (Jn 18, 37). Para construir el Reino de Cristo en mi vida, he de estar dispuesto a conocer y reconocer mi propia verdad, lo que soy, sin forjarme ideas falsas de superioridad o de inferioridad. He de reconocer mi condición regia, conociendo también la realeza de cada ser humano. Reinar con Cristo significa aceptarlo como la Verdad absoluta que da razón a mi existencia, la Verdad que ha de conducir mis pensamientos, palabras y acciones”, puntualizó.
Por último, felicitó a los laicos, los que no son ni consagrados ni han recibido el sacramento del orden, pues fue el “Día del Laico”.
Texto y foto: Darwin Ail