El aumento del 12% en el salario mínimo anunciado recientemente, que eleva el ingreso mensual a $8,366.40, es, a todas luces, positivo para todos, pero, sin duda, se verá rebasado rápidamente por los altos costos de vida y la inflación.
Cifras del Inegi revelan que la inflación anual en Yucatán se sitúa en un 5%, lo que erosiona el poder adquisitivo de los salarios. Este aumento en los precios afecta todos los aspectos de la vida cotidiana, desde los alimentos hasta los servicios básicos.
A modo de ejemplo: Una familia promedio en Yucatán gasta alrededor de 3,750 pesos mensuales en alimentación, lo que representa una parte considerable del ingreso mensual y deja menos margen para otros gastos esenciales.
Asimismo, las familias deben enfrentar otros gastos importantes. En materia de salud, según el Inegi, el gasto promedio mensual es de aproximadamente 1,517 pesos, mientras que en vestimenta y calzado se destinan alrededor de 520 pesos mensuales.
En vivienda, el costo promedio de alquiler en una zona estándar de Mérida oscila entre 3,000 y 8,000 pesos mensuales, aunque en algunas zonas el costo puede ser mucho más elevado. A esto se suma el gasto promedio en transporte, que alcanza los 1,720 pesos mensuales.
En conclusión: una familia promedio en Yucatán necesita aproximadamente 15,670 pesos mensuales para cubrir sus necesidades básicas, sin incluir otros como educación y entretenimiento. Con un ingreso mensual de 8,366.40 pesos previsto para 2025 (tras el 12% de incremento), el aumento del salario mínimo resulta insuficiente para cubrir estos costos, dejando a las familias en una situación económica precaria.




