Un llamado urgente a la acción por los Derechos Humanos

Salvador Castell-González 

El Día Mundial de los Derechos Humanos, cada 10 de diciembre, resalta este 2024 la crucial interdependencia entre la dignidad humana y la salud del planeta. Este año, el foco está en un aspecto fundamental a menudo ignorado: los derechos ambientales como derechos humanos inherentes. La resolución de la ONU de octubre de 2021, que declara el acceso a un medio ambiente sano como un derecho humano universal, refuerza esta vital conexión.

La urgencia de esta resolución se manifiesta en las crecientes amenazas ambientales: la deforestación, acelerada por la expansión de la agricultura industrial, como se observa dramáticamente en la Amazonía; la contaminación del aire, especialmente grave en las ciudades en desarrollo; y el cambio climático, que ya causa estragos en comunidades de todo el mundo, provocando el desplazamiento de más de 20 millones de personas anualmente en la última década, según datos de la ONU.

El cambio climático afecta desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables. Las naciones insulares del Pacífico enfrentan la amenaza existencial del aumento del nivel del mar, mientras que en regiones áridas, las sequías prolongadas arrasan con cosechas y medios de vida, generando migraciones masivas y conflictos. Organizaciones como VA POR LA TIERRA documentan estos impactos y apoyan a las comunidades afectadas en la defensa de sus derechos.

La justicia climática demanda un enfoque ético que vincule la responsabilidad ambiental con la equidad social. El Fondo de Pérdidas y Daños, aprobado en la COP27, representa un avance importante, pero requiere una financiación sustancialmente mayor y una implementación más eficiente.

El sector privado desempeña un papel fundamental. Si bien empresas líderes, comienzan a integrar criterios ESG en sus estrategias, muchas otras deben asumir una mayor responsabilidad. La transparencia y la rendición de cuentas son imperativas. Necesitamos más ejemplos concretos de empresas reduciendo su huella de carbono y promoviendo la transición a economías sostenibles.

En este Día Mundial de los Derechos Humanos, el llamado a la acción es inequívoco: proteger nuestro medio ambiente es proteger nuestros derechos humanos. Para ello, debemos: apoyar iniciativas de justicia climática; exigir a nuestros gobiernos políticas ambientales más ambiciosas; adoptar patrones de consumo responsables; y presionar a las empresas para que adopten prácticas sostenibles. Únase a la conversación, exija cambios y contribuya a la solución. La sostenibilidad y los derechos humanos son inseparables. Proteger la Tierra es protegernos a nosotros mismos.