Carlos Pérez
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Desde hace algún tiempo soy un insistente defensor de la urgencia de saber expresarse de manera verbal de forma eficaz, estoy plenamente convencido de que cualquier persona con una práctica constante logra ser un comunicador eficiente, por lo tanto, saber hablar en público es una competencia fundamental en muchos aspectos de la vida personal y profesional. La habilidad de comunicarnos de manera efectiva no solo permite la transmisión de ideas, sino que también genera confianza, influye en las decisiones y establece relaciones más exitosas con los demás. Esta habilidad no solo es importante en contextos académicos o políticos, sino que también es fundamental en el campo laboral.
Para los colaboradores de una empresa, la habilidad de hablar en público ofrece enormes ventajas, ya que pueden presentar sus ideas claramente, informar de forma clara de sus proyectos y tomar decisiones que pueden ser altamente valorados. No solo es transmitir información, sino también es persuadir y motivar a los demás; lo que contribuye al desarrollo de una cultura organizacional adecuada.
Un líder que sepa hablar en público debe tener ciertas características, por ejemplo, debe ser un buen comunicador, capaz de adaptar el contenido de su mensaje a la audiencia, debe tener confianza en sí mismo y así facilitar que sus seguidores confíen en él. Un recurso importante es la empatía, ya que un líder comunicador debe ser capaz de entender a su audiencia y responder a sus inquietudes de manera efectiva. Y una característica esencial es que debe ser claro, conciso y persuasivo, capaz de influir por medio de su mensaje.
Varios autores han señalado la importancia de la expresión oral, desde el famoso Dale Carnegie, con su exitoso libro Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, donde resalta que la persona que domina la comunicación será clave para construir relaciones sólidas dentro de una sociedad. Otro renombrado autor, John C. Maxwell, menciona en su libro Las 21 leyes irrefutables del liderazgo que los líderes actuales deben ser comunicadores competentes, y señala que gracias a la buena comunicación se logra inspirar a los demás, te pregunto, estimado lector: ¿Eres bueno para la expresión oral?
