El gobierno del presidente, Donald Trump, dio inicio a nuevos operativos migratorios en Boston y Chicago, dos ciudades lideradas por los demócratas y que tienen en pie políticas para proteger a las comunidades migrantes.
El aumento en la presencia de agentes federales en ambas ciudades llega a la vez que el mandatario ha amenazado con desplegar también a la Guardia Nacional y a efectivos militares. Los gobiernos locales han rechazado fuertemente una acción de este tipo, que ha sido calificada por expertos legales como “ilegal”.
En un comunicado, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció que el operativo estará centrado en detener a “extranjeros criminales ilegales” que han “acudido en masa” a Chicago porque saben que el “gobernador y sus políticas de santuario los protegerá y permitirá estar libres en las calles de EE.UU.”.
La alcaldía de Chicago restringe la cooperación de las autoridades locales con los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), a la vez que permite que los migrantes puedan acceder a programas de ayuda sociales de la ciudad sin importar su estatus legal.
En Boston, por su parte, los medios locales también han informado de un aumento en la presencia de agentes del ICE en la ciudad, días después de que el Departamento de Justicia demandara a la alcaldesa de la ciudad, Michelle Wu, por sus políticas pro-inmigrantes.
Texto y foto: Agencias




