¿Y las mujeres?

Mary Carmen Rosado Mota

@mary_rosmot

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Hace unos meses la popular revista Forbes dio a conocer la lista de atletas con los ingresos más altos en el último año, un top ten dominado claramente por las ligas de deporte profesional de Estados Unidos, donde destacan con su presencia disciplinas como el fútbol, béisbol, fútbol americano y básquetbol, con atletas provenientes de Portugal, Argentina, Estados Unidos, Japón, Francia, Reino Unido y República dominicana.

Sin muchas sorpresas, el futbolista Cristiano Ronaldo encabezó este peculiar conteo registrando más de 270 millones de dólares, provenientes en gran parte de su elevado contrato en el fútbol de Arabia Saudita, aunado a sus inversiones en distintos sectores comerciales. Pero esta cantidad, incluso, está muy lejos de los 156 millones que facturó en la segunda posición la estrella de la NBA, Stephen Curry, principalmente por patrocinios y negocios propios.

¿Quiénes completan esta selecta lista? Tyson Fury (146 millones); Dak Prescott (137 millones); Lionel Messi (135 millones); Lebron James (134 millones); Juan Soto (114 millones); Karim Benzema (104 millones); Shohei Ohtani (102 millones) y Kevin Durant (101 millones). Y por si algo les ha llamado la atención más allá de las cifras, no, esta no es la lista de los hombres mejor pagados del año, es el top ten de deportistas, en general. Ninguna mujer figura en esta lista, pero, aún más preocupante, ni siquiera hay alguna dentro del top 50 de deportistas con los ingresos más altos del año y no es la primera vez, al contrario, este es el segundo año consecutivo en que no hay mujeres entre las 50 personas que más ingresos obtienen por su práctica deportiva. Entonces, es vital cuestionarnos ¿qué pasa con las mujeres?

La última mujer que apareció en el top 50 fue Serena Williams en el 2023, el año de su retiro, alcanzado apenas la posición 49 del ranking sumando 45 millones de dólares en aquella ocasión. Este año, la lista de mujeres mejor pagadas fue encabezada también por una tenista de Estados Unidos, la joven Coco Gauff, con cerca de 35 millones de dólares, producto, en gran medida, de sus acciones fuera de la cancha. Le siguió la tenista polaca Iga Swiatek, con 24 millones, en un top ten que no deja dudas al dominio del tenis en cuanto a ingresos monetarios se refiere.

La lista la completa la esquiadora Eileen Gu (22 millones); las tenistas Qinwen Zheng (20 millones), Aryna Sabalenka (18 millones), Naomi Osaka (12.9 millones), Emma Raducanu (12.9 millones) y Venus Williams (12 millones); la golfista Nelly Korda (12 millones) y la gimnasta Simone Biles (11.2 millones). Llama visiblemente la atención que en todas las deportistas nombradas el mayor monto registrado fue por concepto de patrocinios o inversiones, en algunos casos representando, incluso, hasta el 95% de sus ingresos anuales.

Esta realidad nos refleja, una vez más, el desbalance que hay en los sueldos y bonos en el deporte femenil y, aunque cada vez son más las marcas y empresas que apuestan por patrocinar a deportistas, siendo un significativo apoyo para el deporte femenil alrededor del mundo, la brecha salarial aún es muy amplia y no deberíamos acostumbrarnos a esas estratosféricas diferencias, ni en el deporte, así como en ninguna esfera de la vida.