Román Feliciano Cauich, un joven originario de Celestún decidió cambiar el futuro, que aparentemente tenía que seguir, y dejó la pesca en altamar, que practicaba en la soledad a bordo de un alijo para cultivar la sal de manera artesanal, agregándole especies de la localidad, como el chile habanero y el orégano, obteniendo un sabor distintivo que ha cautivado a propios y extraños.
Con la asesoría del Instituto Yucateco de Emprendedores (Iyem), actualmente la sal rosa, y la flor de sal, que produce bajo la marca “Salabtún”, ha logrado llegar a países como Alemania, y recientemente tuvo una gran acogida por parte del público de la capital del país en la muestra comercial que se instaló los días 20 y 21 de septiembre, en el Centro Cultural Los Pinos, donde en solo tres horas se terminó toda la existencia disponible.
Junto con su hermana Dulce, quien es cofundadora de este emprendimiento exitoso, Román estuvo en días pasados en el teatro Armando Manzanero para participar el evento Emergente Show Case Emprendedor, donde ante el gobernador Joaquín Díaz Mena, compartió sus experiencias y momentos complicados, que con mucho trabajo y esfuerzo logró superar.
Uno de estos eventos desafortunados fue la pérdida del 90 por ciento de las cosechas de sal tras el acercamiento a Celestún del huracán Milton el año pasado, así como el cambio de nombre del producto que de manera original se llamaba XIX Taab, aunque se conservó el logotipo del flamenco, con el que es identificado en el mercado virtual.
En su intervención, recalcó que la sal que maneja es de origen natural, que es extraída dentro de la Gran Reserva de la Biosfera y qué pasa de manera posterior por un cuidadoso proceso de limpieza, todo de manera artesanal para posteriormente pasar a un proceso más selecto de selección.
Entre las variedades que hoy comercializa, además de la flor de sal con chile habanero, también están disponibles una mezcla con chiles rojos, cúrcuma, paprika, ajo, especias y finas hierbas, además de la flor de sal gourmet, los diamantes de sal y la sal rosa.
“Esta es única y exclusiva porque proviene de la Reserva de la Biosfera Ria Celestún, donde los flamencos que se encuentran en el lugar también contribuyen en el proceso de manera natural con la llamada biofiltración”, explicó.
Este proyecto también ofrece beneficios para habitantes de la comunidad que se emplean como guías de turistas certificados en las charcas de sal, fomentando el ecoturismo y también apoyando al saneamiento de los manglares y en la preservación del flamenco rosa.
Datos a destacar
– Román Feliciano Cauich, originario de Celestún, dejó la pesca en altamar que practicaba en soledad, para cultivar la sal de manera artesanal y lanzar su producto Salabtún.
– Salabtún ha llegado a países como Alemania y en una muestra comercial en el Centro Cultural Los Pinos efectuada el mes pasado, su producto se terminó en cuestión de horas.
– La sal que maneja es natural y es extraída dentro de la Gran Reserva de la Biosfera y que pasa de manera posterior por un cuidadoso proceso de limpieza, todo de manera artesanal.
– Este proyecto también ofrece beneficios para habitantes de Celestún que se emplean como guías de turistas certificados en las charcas de sal, fomentando el ecoturismo.
Texto y fotos: Manuel Pool




