El piloto del avión boliviano que transportaba a la plantilla del club brasileño Chapecoense y que se estrelló en Colombia tenía la opción de abastecerse de combustible en Bogotá en caso de sufrir un déficit, afirmó el director general de la aerolínea Lamia, Gustavo Vargas.
En declaraciones a un medio boliviano, Vargas señaló que el piloto de la nave, Miguel Quiroga, que también era uno de los propietarios de la aerolínea, contaba con puntos para recargar combustible establecidos en el plan de vuelo.
“Tenemos alternativas, una alternativa cercana era Bogotá y si él (el piloto) veía que tenía una deficiencia de combustible, él tenía toda la potestad de entrar a reabastecer”, dijo el ejecutivo.
Indicó que inicialmente estaba previsto que la aeronave recargue combustible en la ciudad boliviana de Cobija (norte), fronteriza con Brasil, pero que ese plan quedó descartado por falta de tiempo.
“Lastimosamente no pudimos reabastecer en Cobija, que era el punto inicial, porque al no haber logrado el vuelo desde Brasil, tuvimos que contratar otro chárter y se nos hizo tarde, Cobija no trabaja en la noche”, manifestó. Insistió en que Quiroga disponía de un punto alterno autorizado, que era Bogotá, para descender “en el caso hipotético de que hubiera necesitado combustible”.
En otras declaraciones publicadas por un diario boliviano, Vargas sostiene que el piloto “toma la decisión de no entrar (a Bogotá) porque pensó que le alcanzaba el combustible. Se trata de un piloto de mucha experiencia que hizo su entrenamiento en Suiza”.
“Tenemos que investigar por qué tomó la determinación de irse en forma directa a Medellín”, remarcó Vargas, según el medio.
La empresa aguarda los resultados de la investigación de Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil).– Excélsior