Mientras que en 2000 una quinta parte de quienes empleaban tecnología por largos periodos padecían cervicalgia (dolor en cuello) por vicios de postura, en 2015 la cifra aumentó a 42 por ciento, alertó el especialista Jhovanni Belmont Sánchez.
El médico adscrito a la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM expuso que al iniciar el siglo la población tenía computadoras de escritorio y ahora los dispositivos más populares son las tabletas, laptops y celulares, que obligan a adoptar posiciones poco naturales y dañinas.
Como ejemplo de ello mencionó el peso de la cabeza, que normalmente es de cuatro a cinco kilogramos, pero con la inclinación a la que obligan los dispositivos -de hasta 30 o 45 grados- su peso relativo llega a 18 kilos, lo que produce problemas de cuello.
“Antes se culpaba al tiempo de uso, aunque de 2011 a la fecha se ha generado una gran cantidad de estudios que apuntan que, más que las horas frente a una pantalla, lo que realmente lesiona es cómo lo hacemos”, explicó el especialista del Departamento de Rehabilitación del Hospital Infantil de México Federico Gómez.
Indicó que “podemos pasar una jornada laboral entera frente a la computadora, con repercusiones mínimas si nos sentamos y tecleamos adecuadamente, pero hacerlo durante dos horas al día de forma incorrecta se puede convertir en un problema de salud”.
Para evitarlo, sugirió colocar la parte superior del monitor a la altura de los ojos, disponer el teclado de manera que los codos formen un ángulo de 90 grados al escribir y adquirir una silla giratoria con descansabrazos, reposapies y respaldo hasta el cuello, a fin de tener la columna vertebral recta.
No obstante, esas recomendaciones son imposibles de seguir con los nuevos dispositivos. El problema es que, en aras de la portabilidad, los diseñadores han sacrificado la ergonomía y ello se ve en el alza de padecimientos musculoesqueléticos.
El experto asentó que las nuevas tecnologías han hecho que padecimientos que tradicionalmente atacaban a ciertas comunidades se desplacen a otros sectores.
“Ahora los jóvenes presentan lesiones en las manos parecidas a las de los músicos; otros comienzan a referir molestias en la cerviz similares a las descritas por los eruditos que pasaban todo el día en la biblioteca, malestar conocido como cuello de texto”.