Abril Vázquez Buenfil, una maestra comprometida con la enseñanza de los jóvenes de educación básica

Directora de la Secundaria General Roosevelt Ercé Barrón Pech, en Umán desde 2009, lleva a cabo una destacada labor como académica y directiva, además de incidir en la vida de la comunidad que conforma

Como cada año, el Congreso del Estado otorgará el reconocimiento “Excelencia Docente del Estado de Yucatán”, a aquellas personas que destacan en el ámbito de la docencia por sus aportaciones. Este 2023, Abril Vázquez Buenfil, directora de una escuela secundaria de Umán, será galardonada en el marco de la celebración del Día del Maestro. 

Entre los ámbitos que se reconocen son las acciones, servicios o trayectoria ejemplar, así como el apoyo que ofrecen a la comunidad donde laboran. Es por esto que, Vázquez Buenfil ha demostrado una destacada labor como educadora y directiva en la enseñanza, además de incidir en la vida de la comunidad de la que forma parte.

Vázquez Buenfil cuenta con 53 años de edad y destaca como licenciada en enseñanza de matemáticas. Desde 2009, es directora de la Escuela Secundaria General “Roosevelt Ercé Barrón Pech”, ubicada en Umán.

La profesora tiene numerosas certificaciones y diplomas, como el Mérito Académico que otorga la SEP a través de Programa Nacional para la Actualización Permanente de los Maestros de Educación Básica en Servicio (Pronap), por el alto desempeño en el Examen Nacional para Maestros en Servicio.

Como directora, Abril Vázquez logró la certificación de su escuela como líder ambiental, como escuela promotora de la salud en Umán. Ganó en cuatro ocasiones el Concurso Nacional como escuela destacada en el Proyecto Diseña el Cambio, entre otras acciones que tuvieron un impacto favorable en su comunidad.

Y previo a la entrega de este reconocimiento, el cual debe ser entregado en Sesión Solemne en las instalaciones del Pleno del Congreso del Estado, Peninsular Punto Medio tuvo la oportunidad de tener esta charla para conocer un poco más sobre esta destacada docente y su carrera. 

Maestra, platíquenos un poco de usted y su carrera en el ámbito profesional.

Bueno, yo soy egresada de la Facultad de Matemáticas en la licenciatura en Enseñanza de las matemáticas de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) y hubo la oportunidad en su momento, cuando yo terminaba la carrera, de dar clases en secundaria, o sea, mi formación lo que es educativa, era para un nivel un nivel bachillerato y licenciatura, pero pues me invitan a participar para dar clases en secundaria y me gustó, me gustó el contacto de los jóvenes. De hecho, estuve dando clases en su momento en la misma Facultad de Matemáticas y hubo la posibilidad de quedarme ahí, pero yo llevaba 10 años en en la cuestión de educación básica y sentí que que me necesitaban más en esta parte que a nivel superior, porque pues en la básica se necesita gente justamente con mucha vocación para para formar, no sólo a los jóvenes académicamente, pues los universitarios o los que agarran sus licenciaturas ya están convencidos de que eso quieren estudiar, en cambio los jóvenes, hace que una se siente más importante o más necesaria en ese nivel. 

Estudié en la Normal Superior la parte de la nivelación pedagógica y la maestría de matemáticas, luego el doctorado en desarrollo regional, pero ya estaba en el nivel en el que estoy ahora, medio básico. 

La vocación viene desde sus padres, ¿es así?

Así es, mi padre es Jaime Enrique Vázquez Barceló, y mi madre, es Rosa Elena Buenfil Valencia, ambos ya jubilados, mi papá como instructor y mi mamá como maestra.

¿Cómo llegó la oportunidad o se dio el surgimiento de la escuela Roosevelt Hercé?

Pues estuve en varias instituciones y luego obtuve la dirección en la escuela donde fundamos la Roosevelt, ya que acababa de fundarse apenas hacía como dos años cuando llegué a la escuela. Ya que esta se fundó en el 2007, yo llego en el 2009 como directora y estaba prestando edificio en una escuela que es para trabajadores, que es la Manuel Cepeda Peraza, aquí en el centro de Umán, la escuela surge porque como era para trabajadores, la Manuel Cepeda Peraza, los papás querían una en el turno matutino y tras mucha  insistencia, lograron que  les abran un grupo en la mañana, es cuando ya surge la Roosvelt.

Entonces, la creación de esta escuela significa mucho para usted, ¿no?

 Sí, porque precisamente cuando llego como directora era para fomentar y levantar la escuela que era muy pequeña, o sea. surge con un grupo luego crecen tres grupos en la mañana y cuando yo me integro, estuvimos en la sede nocturna y buscamos ahí con el alcalde municipal, en este momento un terreno un terreno para la escuela que fuera propio. Luego empezó a crecer y ya de uno pasó a tres grupos, después cinco y ya nos quedaba pequeño ese lugar, buscamos un terreno y es cuando empieza la construcción de la escuela y se pasan al edificio donde está actualmente que es en el 2011, pues ya habían pasado cuatro años de su creación y dos de los míos. Y en esos dos años, vimos cómo fue creciendo y eso no ha cambiado cada año. Ahorita ya contamos con 18 grupos y bueno para mí todo ha sido un reto porque la hemos ido creciendo y levantándola, lo que ha hecho que agarre prestigio en la comunidad.

Se puede considerar entonces, maestra, que ¿es como un hijo para usted la escuela?

Así es, ha ido creciendo, ahora que cumplimos 15 años, de ahí yo llevo la mayoría del tiempo, 13 años, entonces sí estoy contenta porque ha ido creciendo y ya sacamos varias generaciones de jóvenes, los cuales nos quieren y recuerdan cómo con mucho, cariño, que eso es lo importante, para la escuela.

Y en este sentido, ¿cómo ha sido combinar el crecimiento profesional con la familia?

Bueno, como cualquier cosa la tienes que trabajar para que veas los frutos, no, pero realmente he tenido tanto mi esposo en su momento, porque ya falleció, pero siempre tuve el apoyo de él y de mis hijos justamente son chicos que ahorita ya tienen su carrera y son muy buenos muchachos; siempre han sido muy ocupados y comprometidos también con sus cosas. Creo he sido un buen ejemplo de perseverancia y de darle la importancia que tiene realmente el trabajo.

Texto: Andrea Segura

Fotos: Cortesía