Por Arturo Platas
Puedo decir que como aficionado del deporte, sea cual sea la camisa que traiga puesta, esta semana ha sido probablemente la mejor exhibición del deporte a nivel de clubes que haya visto.
Todo empieza con el encuentro agónico del Manchester City ante el Leicester, cuando todo parecía perdido para el conjunto de Pep Guardiola, Vincent Kompany, de todos los jugadores, disparó un cañonazo a la escuadra de la portería de Kasper Schmeichel, dejando que la pelea por la Premier League se alargue hasta el domingo a las 9 de la mañana, donde los Reds se enfrentan al Wolverhampton de Raúl Jiménez y el City al Brighton & Hove Albion, y vaya que estos días tienen el “toque inglés”, pero en un momento hablaré de eso.
Y por supuesto que mi Barcelona tenía que ser protagonista en esta semana legendaria, aunque sea para mal. Tanto el Liverpool como el Tottenham dieron remontadas perfectas en las vueltas de semifinales de la Champions League, y aunque el lado de Merseyside le haya dado un baño a los catalanes, fue la derrota del Ajax la que más me costó digerir, especialmente porque los culés fueron peores en la ida y no iba tranquilo a Anfield, quien no me crea, que vea mi columna de la semana pasada.
Y para concluir, los clubes de los tres leones se adueñaron de la Europa League, con el Chelsea haciendo otro partido cardíaco terminando en penales contra el Eintracht Frankfurt y Unai Emery llegando a otra final, pero esta vez con el Arsenal de Londres con marcador global de 7-3 ante el Valencia Está de sobra decir que esta semana alucinante se la debemos a la mejor liga del mundo en la actualidad, la inglesa.
