Al encabezar la Misa del “Miércoles de Ceniza”, que marca el inicio de la Cuaresma y que concluye con la crucifixión de Cristo, el arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vega, exhortó a seguir la recomendación del papa Francisco, quien pidió buscar la conversión ecológica.
En una homilía celebrada a las 8:30 horas, en la catedral de San Ildefonso, dijo que urge salvar al planeta y que hay que esforzarnos para revertir la crisis climática.
Actualmente, el problema del cambio climático conlleva una menor disponibilidad de agua y menor rendimiento de los cultivos, aumento del riesgo de sequías, pérdida de biodiversidad, incendios forestales y olas de calor.
Al hablar sobre la Cuaresma, indicó que el número 40 se repite en la Biblia, ya que fueron 40 días del diluvio, 40 años en el desierto, 40 días del profeta Elías en el monte Horeb.
Señaló que Jesús se preparó 40 días en el desierto para su misión mesiánica y también los católicos deben prepararse, hay que orar, dar limosna y ayunar.
Expresó que hay que crecer en la caridad para compartir con el que no tiene, hay que orar más, escuchar la voz de Dios y leer más la Biblia.
Al explicar el Evangelio, que se trató de que no se debe estar diciendo las buenas acciones con el objetivo de que la gente piense que somos generosos, ya que a Dios le gusta la humildad.
Recordó que los fariseos les gustaba que la gente note cuando ayunaban y lo que se debe realizar es lavarse la cara para que esto no se note.
Por otra parte, dijo que fue el Día del Amor y la Amistad, pero alertó ver el origen de esto, de conservarlo, “cuidado con la manipulación con el consumo”.
Recordó que San Valentín fue un sacerdote que casaba en secreto a los militares, ya que en ese entonces el emperador consideraba que estos debían ser solteros para que puedan concentrarse a su labor.
San Valentín no le importó desafiar al emperador porque se conmovía de esta regla de las autoridades, hasta que fue descubierto y condenado a muerte.
Indicó que es importante de abonar a la amistad, a nutrirla, y que los esposos vivan el Evangelio, que encuentren a Jesús.
Texto y foto: Darwin Ail