El alcalde de Valladolid, Alfredo Fernández Arceo, se voló la barda, pero no de manera positiva, ya que en esta ocasión para la recolección de la basura ha llegado a cobrar hasta 16 mil pesos anualmente a los pequeños comercios y para las anuencias 180 mil pesos.
El primer edil está aprovechándose de la buena promoción turística que realiza el Gobierno del Estado y que se refleja en más visitantes a ese Pueblo Mágico, pero no ha tomado en cuenta que apenas se está saliendo de la pandemia y el comercio intenta resurgir.
Muchos pequeños empresarios y ciudadanos se han visto en la necesidad de tener que empeñar y realizar préstamos y apenas están terminando de pagar sus deudas.
Los comerciantes vallisoletanos están molestos porque el presidente municipal no los apoyó, en palabras sí, pero esas sólo motivan.
Indicaron que a Fernández Arceo ya se le olvidó que hubo negocios que cerraron casi un año, lo que se tradujo en pérdidas para los habitantes y apenas se están recuperando.
Señalaron que están conscientes que el Gobierno del Estado le ha apostado al turismo y por ese motivo Valladolid ha registrado un nuevo récord en ocupación hotelera y visitantes, pero sus ingresos no están todavía a la altura como para un aumento tan drástico en el servicio de recoja de basura.
Asimismo, consideraron que lo ideal es que el aumento sea paulatino, dado que uno de inmediato sí se resiente. Por cierto, no se trata del único tema donde el edil ha recibido quejas.
Cabe señalar que en Mérida, hubo locatarios del mercado Lucas de Gálvez que no trabajaron por un año por la pandemia y, tal como sucedió en Valladolid y diversos municipios, tuvieron que dedicarse a otros oficios.
Cuando volvieron a abrir, igualmente recurrieron a préstamos y ahora todavía los están tratando de cubrir.
Existe la esperanza de que mejore el servicio de recolección de desperdicios.
Texto y foto: Darwin Ail