Especialista galardonado alerta sobre fraude y charlatanería con presuntos tratamientos ofrecidos en supuestas clínicas y consultorios, que, lejos de ayudar, ponen en riesgo la salud del paciente
También en el área de la psicología existe fraude y charlatanería, ya que en la actualidad se pueden ubicar presuntas clínicas y consultorios en los que se ofrecen tratamientos milagrosos, pero que en realidad ponen en riesgo la salud de quienes acuden a esos sitios.
De esta situación habló el Dr. Leonardo Reynoso Erazo, tras recibir el reconocimiento “Emilio Ribes Iñesta”, por más de 50 años de trayectoria profesional, en el marco de las actividades correspondientes a la X Reunión Nacional de Investigación en Psicología.
“El grave problema es la coexistencia de psicología científica con algunas cosas que dicen que es psicología y quién sabe qué hacen, de dudosísima procedencia, pero populares en redes sociales, en la televisión y que venden cosas en diferentes lugares”, subrayó el profesor de Posgrado en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FESI) de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).
A modo de ejemplo citó que se puede observar en las calles anuncios o letreros de consultorios que ofrecen servicios de coaching, de sanación física y emocional y otras cuestiones como las llamadas “constelaciones familiares” que no tienen un sustento científico.
La “constelación familiar” —Familienaufstellung en alemán— es una pseudoterapia que desarrolló el filósofo, teólogo, pedagogo y autodenominado “psicoterapeuta” Bert Hellinger, con el objetivo de liberar a las personas de sus “tensiones/conflictos” que suelen venir de las “generaciones pasadas y tienen sus raíces en los acontecimientos de la historia de la familia” tales como conflictos bélicos, violencia familiar o doméstica, el fallecimiento prematuro de padres o de hijos, abortos, separaciones o violaciones.
De acuerdo a lo anterior, los conflictos no resueltos de nuestros antepasados familiares son transmitidos generación tras generación, lo que se manifiesta en el presente en forma de problemas tales como: depresiones, psicosis, miedos, migrañas, cansancio crónico o problemas en las relaciones.
Esta práctica se apoya en conceptos pseudocientíficos como la “resonancia mórfica” y el “misticismo cuántico”, por lo que carece de evidencia objetiva de su eficacia. También toma elementos no reconocidos de la antropología social, la teoría sistémica, psiquiatría y el psicoanálisis.
De hecho, en internet se pueden encontrar varios lugares en los que se ofrece este servicio, por lo que el Dr. Reynoso Erazo advirtió que hay que tener cuidado con esta situación, ya que existe el riesgo de que probable la persona pierda tiempo y dinero sin obtener lo que buscaba.
“La gente que requiera atenderse con un psicólogo tiene que cerciorarse de que sea realmente titulado, que cuente con cédula profesional, que esté certificado”, recalcó el especialista en el área de medicina conductual, cuya línea de investigación se centra en intervenciones conductuales para la prevención y control de enfermedad en pacientes con enfermedades crónicas, particularmente en enfermedades cardiovasculares.
“El problema que encontramos al atender a personas con enfermedades crónicas es que no siguen las indicaciones médicas, no se adhieren al tratamiento, no cumplen con cambios en el estilo de vida, y esto nos lleva a problemas serios como acortar el tiempo de vida”, explicó.
Ante esta realidad, el galardonado consideró que es necesario trabajar en la prevención de enfermedades crónicas desde la infancia, ya que si se aprende a tener hábitos alimenticios saludables desde pequeños se evitarán muchos problemas a futuro.
En ese sentido, recalcó que quien tiene información o está informado tiene control sobre las cosas y tiene manera de decidir razonablemente.
En la jornada, llevada a cabo en la Sala de Usos Múltiples Víctor Castillo Vales de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), también se entregó el premio “Jóvenes Investigadores, María Antonia Padilla Vargas”, a la Dra. Brenda Sarahi Cervantes Luna, directora del Centro Universitario de la Universidad Autónoma de el Estado de México (Uaem Ecatepec), y miembro Nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores.
“Este premio lo recibo por trayectoria, a lo largo de 17 años me he involucrado en diferentes actividades de investigación, una de ellas fue la colaboración en la creación de un posgrado de investigación en Psicología de la Salud, formación de recursos humanos en licenciatura y posgrado, y la publicación de mis investigaciones en artículos y capítulos de libros”, detalló la galardonada, quien aprovechó la oportunidad para agradecer a la Dra. Consuelo Escoto Ponce, quien en el año 2007 aún como estudiante becaria la invitó a participar en un primer proyecto de investigación.
Previamente se llevó a cabo la presentación del libro “Competencias en la Promoción de la Salud en niños preescolares”, de la autoría de la Dra. María Marcela Castañeda Mota, quien en breve charla con Peninsular Punto Medio dejó en claro que por el cambio abrupto que se registra al ingresar por primera vez a la escuela, los infantes están expuestos a sufrir estrés, que se puede reflejar en comportamientos inapropiados y violentos, como dar mordidas a sus compañeros o, en su caso, hacer berrinches.
“Por eso los psicólogos debemos de estar muy pendientes para cuidar y programar esta transición, y evitar tanto estrés como ansiedad y fobias”, subrayó la investigadora titular nivel “C” de la Facultad de Psicología de Xalapa, Veracruz y también coordinadora del doctorado en Investigación Psicológica en Educación Inclusiva.
Cuando existe una falta de adaptación al nuevo ambiente que representa una escuela donde hay un orden y reglas que posiblemente no tenía en casa, el niño puede tener una depresión que lo puede llevar a sentirse incómodo o molesto y hacer berrinches, a golpearse, a dejar de comer o inclusive tirar cosas o perturbar al grupo.
En este tipo de conductas es muy importante tener en cuenta que se pueden reflejar situaciones que el niño observa en casa, como la agresión entre sus papás. Por eso es muy importante aprender para enseñarles valores como el respeto a la autoridad de sus maestros así como hacia sus compañeros, la cooperación, la justicia y la participación, para qué se integre y socialice con el grupo.
“Los padres de familia pueden hacer la diferencia en que a futuro tengamos un gran o peor ciudadano”, manifestó la Dra. Castañeda Mota, quien en su libro comparte las experiencias obtenidas en el programa implementado en un jardín de niños con 16 pequeñitos que aprendieron cosas tan básicas como lavarse las manos, cuidar su alimentación, ser conscientes de que el ejercicio les ayudará a tener una mejor salud, así como a cuidarse a sí mismos.
“A edades tempranas existen muchos riesgos para la seguridad del menor, ya que son muy vulnerables a sufrir algún accidente inclusive en el hogar mientras que en la escuela no miden el peligro en jugar con alguna persona extraña”, explicó la especialista, quien comentó que en este programa los niños inclusive se prepararon para identificar cuando algún menor tiene una conducta anormal como, por ejemplo, no querer jugar, lo que puede deberse a sentirse mal, por lo que acuden al maestro para reportar la situación y que el niño reciba la atención que requiere.
“Propiamente se vuelven guardianes de sus compañeros en este programa que permanece y que ha sido llevado a otros jardines de niños gracias a educadoras que lo han conocido”, finalizó.
Texto y fotos: Manuel Pool
