La presidenta de la AMPI, Gabriela Chavarría, pide a la población no dejarse llevar por lo que se publica en redes sociales
La presidenta de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) delegación Yucatán, Gabriela Chavarría Román, declaró que de agosto a la fecha se han acercado a ellos ocho casos de personas que fueron defraudadas al comprar lotes de inversión que terminaron siendo tierras ejidales o que no tuvieron el desarrollo prometido durante el tiempo transcurrido desde su adquisición.
Ante este tipo de casos, la dirigente de la AMPI expresó que “es una situación que no podemos dejar pasar porque día con día se están dando más casos”; así mismo advirtió a la población que no se deje llevar por la publicidad que aparece en internet y redes sociales, ya que en la era de la tecnología, esta nos puede hacer creer que existe algo donde realmente no hay nada.
Entre las recomendaciones que brindó la lideresa de los profesionales inmobiliarios, recalcó mucho la verificación, tanto de los permisos como de las tierras, los vendedores y de la misma empresa que está construyendo y comercializando los lotes de inversión o los desarrollos habitacionales.
También alertó a la población en general que no se vaya solamente por el papel como por el título de propiedad, porque muchas veces estos papeles son falsos; la presidenta mencionó que siempre existen otros documentos que ayudan a tener mayor confianza en este tipo de inversiones, como son la licencia de uso de suelo y la de construcción, al igual que el permiso ambiental o el permiso de comercializar.
De este último dijo que es de los más importantes debido a que es un folio que otorga el Instituto de Movilidad y Desarrollo Urbano Territorial (IMDUT) y significa que la empresa ha cumplido con todas las licitaciones necesarias para poder construir y vender terrenos o desarrollos habitacionales dentro del Estado.
En el mismo sentido, Chavarría Román también mencionó que en el portal web del Ayuntamiento de Mérida están señaladas las zonas con futuros desarrollos urbanos, denominados como zona uno, dos y tres; aclarando que jamás deben comprar en la zona dos porque no existe desarrollo territorial, y menos en la zona tres porque ni siquiera está autorizado construir o vender terrenos en esa región.
Texto y foto: Diego Cervantes