La situación del océano es “muy grave” y requiere de un trabajo conjunto “urgente”, advirtió la flamante presidenta de la Fundación Charles Darwin, la ecuatoriana Yolanda Kakabadse, quien fuera presidenta de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn) y de WWF Internacional.
Tras alertar de los crecientes niveles de contaminación y del abuso de los recursos pesqueros, Kakabadse puntualizó en entrevista con Efe que “la situación es muy grave porque, además, hay otro elemento que es el calentamiento del agua de los océanos”.
Dicho calentamiento “es parte de ese ciclo de crisis climática que estamos viendo: los huracanes son más fuertes, las inundaciones son más fuertes, y eso no siempre lo relacionamos con los cambios de temperatura del océano, que ya son evidentes”, dijo Kakabadse, quien apenas el lunes pasado asumió el alto cargo en la Fundación Charles Darwin.
Creadora de la Fundación Futuro Latinoamericano, que promueve el desarrollo sostenible en la región, Kakabadse sostiene que los océanos son los ecosistemas “más agredidos, más rápidamente deteriorados por acción humana”.
“Esto tiene que ver con que sentimos que los recursos pesqueros son inagotables, y lo grave es que, como no vemos bajo la superficie del mar, no nos vamos a dar cuenta de eso sino cuando ya no haya remedio”, alertó.
Además, los océanos afrontan una pesca indiscriminada y el uso de artes de pesca “que no son aceptables” en el mundo actual.
Asimismo, no hay una conciencia generalizada de que el océano “absorbe todos los otros impactos de destrucción de los ecosistemas”, opinó.
Deforestación y océano
Como ejemplo mencionó que cuando se corta el bosque, se crean zonas desérticas y áreas de suelo que se degradan muy rápidamente, lo que no solo impacta en temas de deforestación sino también a los océanos “que absorben más CO2, que implica más calentamiento de sus aguas, y que, a su vez, se manifiesta con fenómenos mucho más fuertes de los océanos”.
Según las Naciones Unidas, los océanos cubren las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra, contienen el 97 % del agua del planeta y “más de 3,000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para su sustento”.
Además, absorben alrededor del 30% del dióxido de carbono (CO2) producido por los humanos, amortiguando los impactos del calentamiento global. Aún así no se valora su importancia.
Kakabadse, exministra de Ambiente de Ecuador, se lamentó de que haya la percepción de que el océano es “un basurero inagotable”.
“Cuando el bosque se está deteriorando, se pueden captar fotografías desde un helicóptero y tomar acción inmediata. Con el mar no sabemos (lo que ocurre) sino cuando ya es demasiado tarde”.
Sin océanos no hay vida
Comentó, por ejemplo, que “el 50% de los arrecifes de coral ya desapareció en el mundo y se predice que hasta el 2050 nos vamos a quedar sin arrecifes de coral. Y eso es dramático, tétrico porque sin océanos no hay vida”.
También le preocupan las aguas profundas porque es sobre las que menos se conoce, pues no se las puede ver ni medir de inmediato: “Son aquellas que van acumulando los impactos negativos y que, cuando exploten, ya va a ser una cosa inmanejable”, se lamentó.
“La urgencia que tenemos de actuar ya es enorme porque revertir estos procesos no es de un día para el otro: es educar, concientizar, lograr coherencia entre las acciones de solución que puedan venir desde distintos lados, y todavía no vemos que hay suficientes”, indicó.
Señaló -no obstante- que el mundo está ya en camino de integrar esfuerzos y cada vez más se considera “importante que la información científica sea la base de las decisiones de políticas públicas”.
“Es súper interesante ver que ya estos problemas no pertenecen únicamente al Ministerio del Ambiente, sino que todos los otros sectores tienen que estar involucrados, y que la sociedad civil, ya sea a través de organizaciones, ONG o comunidades locales, también tengan voz”, sostuvo.
Además -dijo- “hay una confluencia en el mensaje de angustia de que tenemos que actuar pronto”.
Texto y foto: EFE/ Agencias