Alta demanda encarece casas

De acuerdo al indicador de Grupo Financiero Banorte, en el estado en promedio un metro cuadrado cuesta 27,871 pesos, mientras que en la capital del país llega a los $56,562

Yucatán se ubica en el séptimo lugar nacional con la vivienda más cara, pues en promedio un metro cuadrado cuesta 27,871 pesos, en tanto que el costo más elevado lo tiene la Ciudad de México, con $56,562, de acuerdo al Indicador de Banorte.

Este notorio ascenso en precio se debe a que cada vez más personas de otros estados se mudan a la entidad, lo que propicia un aumento en el precio.

El problema es que, lamentablemente, Yucatán tiene de los peores salarios del país, lo que provoca que muchas personas de bajos recursos cada vez se les complique adquirir una casa.

Estos precios han ocasionado que la gente cambie incluso sus objetivos. Es común haber escuchado de alguien que dijo que por cierto rumbo jamás viviría, pero ahora desean tener una casa en ese lugar.

En Mérida es muy difícil encontrar rentas menores a los 2 mil pesos al mes.

Por ejemplo, en Reparto Granjas hay casas que las rentan en 6,500 pesos mensuales; en Villa Magna del Sur oscilan entre los cinco mil pesos y en el fraccionamiento Las Américas pueden superar los 8 mil pesos.

En ese sentido, Miriam Noh, empleada de un taller de vidrios y aluminio, indicó que de antes en son de broma decía, por ejemplo, que cuando alguien la invitaba a Kanasín a comer o a un baile, solía decir que era peligroso, pero que ahora desearía tener una casa por la zona de Mulchechén.

“Debo tener un crédito como de medio millón de pesos en el Infonavit, a lo mejor compraré una casa que no es nueva”, explicó.

En ocasiones suelen darse casos en los que una persona requiere vender su casa por cambio de trabajo, por lo que se trasladan a otro municipio o estado y hasta la remata.

En los barrios céntricos y algunas zonas residenciales como Temozón Norte, comienza a darse la gentrificación, que es un proceso social y urbanístico que implica la renovación de una zona urbana y el desplazamiento de sus habitantes. Se da cuando sectores de mayor poder adquisitivo se mudan a barrios tradicionales o degradados. 

En el caso de los barrios céntricos son contados los hijos y nietos que desean seguir viviendo en las casonas, por lo que las venden. Extranjeros, dueños de hoteles boutique y Airbnb son los más interesados en adquirirlas, dándose así que cada vez menos familias locales vivan en esos lugares.

En el caso de los Airbnb, por no estar regulados, en ocasiones no cuentan con estacionamiento, lo que origina problemas, ya que los inquilinos suelen estacionarse en las puertas de las casas de sus vecinos.

Según el estudio de Banorte, los estados que se ubican en los primeros lugares de los precios por metro cuadrado para vivienda son: Ciudad de México, con 56,562 pesos; Nuevo León (51, 506 pesos), Jalisco (45, 589 pesos), Sinaloa (41,930 pesos), Baja California (37,935 pesos), Estado de México (37, 650 pesos). Le siguen Yucatán (27,871 pesos), San Luis Potosí (26,429 pesos), Puebla (24, 856 pesos), Querétaro (24, 227 pesos), Guanajuato (21, 055 pesos), Sonora (20, 666 pesos), Hidalgo (20, 448 pesos), Morelos (20, 314 pesos) y Tamaulipas (16, 965 pesos).

El precio de la vivienda en México continúa elevándose, lo cual refleja el estado actual de la industria habitacional en el país, es decir, una alta demanda que se combina con una producción a la baja.

El Indicador de Precios de Vivienda de Banorte publicado por la dirección de Análisis Económico y Financiero de esa institución financiera correspondiente a marzo pasado,  reveló que en el tercer mes del año el valor habitacional a nivel nacional creció 6.8% anual para ubicarse en un precio promedio de 30,477 pesos por metro cuadrado.

“Este aumento refleja la tendencia general al alza en el mercado inmobiliario mexicano, impulsada por la paulatina recuperación que ha presentado la economía mexicana”, se puede leer en el reporte publicado por Banorte.

El aumento en el precio de la vivienda se dio en un contexto donde existen 8.9 millones de personas en situación de rezago habitacional, es decir, que viven en un espacio con las siguientes características: Construidos con materiales inadecuados. Que no cuenta con excusado. Que sus habitantes se encuentran en hacinamiento (2.5 o más personas por cuarto).

Asimismo, la producción habitacional no va al ritmo de la demanda existente.

Según datos del Registro Único de Vivienda, en los primeros tres meses del año se construyeron apenas 28,534 hogares, es decir, una reducción de 1.4% respecto al mismo periodo del 2024. El análisis de Banorte compila datos de 15 entidades federativas del país, donde seis registraron valores más elevados respecto al promedio nacional y el resto, precios por debajo de la media, es decir 30,447 pesos.

Según el informe, la Ciudad de México registró el precio más elevado medido por entidad, es decir, de 56,562 pesos, lo que significó un incremento de 3.2% respecto al periodo base del informe (julio del 2024) y 2.6% mayor al valor promedio a nivel nacional.

Datos oficiales arrojan que 50,905 personas se encuentran en rezago habitacional en la Ciudad de México; en contraste, durante los primeros tres meses del año se edificaron en la capital apenas 386 viviendas.

Contrario a lo que sucede en la Ciudad de México, Tamaulipas es la entidad que registró el valor más bajo en marzo pasado, con un precio promedio de la vivienda de 16,965 pesos.

Según el informe, Tamaulipas presenta una oferta de inmuebles donde predomina la vivienda horizontal (74.7% de la oferta), así como los espacios nuevos, con una participación de 55.8%.

Impacto en bajos ingresos

El aumento en el precio de la vivienda que se ha registrado en México en los últimos años ha afectado a las personas de más bajos ingresos de tener acceso a una solución habitacional.

De acuerdo con un reporte de Bbva Research México, entre el 2016 y el 2022, el precio de la vivienda en el país creció 58.4%, mientras que el ingreso laboral aumentó sólo 4.1 por ciento.

Según el informe, esta disparidad ha provocado un sobrecosto habitacional, pues se estima que, en el 2022, alrededor de 20% de los hogares que pagaban renta o una hipoteca destinaban más de 30% de su ingreso a la vivienda, lo que “es una carga excesiva”.

“Estados como Ciudad de México, Querétaro y Michoacán presentan altos niveles de sobrecosto debido a precios elevados o bajos ingresos. La falta de oferta suficiente en el segmento de interés social y el lento crecimiento del ingreso agravan la situación”, se puede leer en el reporte.

El informe resalta que, para atender el problema del sobrecosto habitacional, es necesario edificar 2.3 millones de viviendas, las cuales son requeridas por el crecimiento poblacional, así como ampliar la cobertura de los esquemas públicos enfocados a otorgar soluciones habitacionales.

Texto y fotos: Darwin Ail