Apagones

Armando Escalante

Periodista y analista político

¿Por qué el calor es igual a López Obrador? Porque desde que comenzó el sexenio este señor ha destruido todo lo que tiene que ver con la generación de electricidad.

 No tener más plantas ni líneas de transmisión causa apagones, que nos impiden siquiera tener un sueño conciliador con el auxilio de un abanico o un aire acondicionado, para mitigar las intensas temperaturas, por ejemplo, las de Yucatán.

 Ya suman 9,000 los megawatts no utilizados en proyectos de inversión privada, que López Obrador no permite que se utilicen. Eso pudo haber logrado que la CFE no tenga que estar desconectando zonas de las ciudades en todos los estados para poder evitar un colapso mayor. Sufrimos apagones de sentido común por un gobierno que decidió usar su poder para destruir y no para construir.

 Desde su declaración a todas luces ignorante —al pie de una carretera con montaña en el horizonte— de que los “ventiladores” (generadores eólicos) afean la vista, debimos prever que esta crisis de producción de electricidad afectaría a millones de mexicanos.

Para colmo de males, hizo recortes a la CFE y la mantiene sin suficiente personal, sin equipo sin refacciones y en silencio total para informar qué es lo que ocurre. 

La oposición como de costumbre, tarda en reaccionar y no logra explicar con las palabras debidas por qué ocurren las fallas. Tenemos apagones de creatividad en la oposición, que no sabe aprovechar esta falla del gobierno federal para explicarle a la sociedad por qué estamos como estamos. 

Las Cámaras empresariales aterrorizadas, muertas de miedo, con sus presidentes y líderes  sentados apoyando a “la señora de las mentiras” (es Claudia) permanecen en silencio y no se atreven a decir lo que aquí señalamos, que ellos mejor que nadie saben que es cierto. Sufren apagones de valentía.

No todos los políticos en campaña saben apuntar con el dedo al causante del daño (que es Amlo) pero si son muy buenos para posar en los foros de campaña con estos dirigentes empresariales cómplices silenciosos de la destrucción del país.

 Dueños de fábricas, de bodegas, de supermercados, de restaurantes y tiendas de autoservicio, padecen los apagones pero están callados sin reclamar. Cuando lo hacen usan palabras comunes para atenuar sus críticas. Muertos de miedo. Apagones de valor en los otrora valientes líderes del sector privado.

 No cabe duda que esta elección reunió a un gran club de cobardes, sumisos, dispuestos a dejar que su país se vaya al diablo junto con las instituciones, tal y como ofreció el hoy presidente. Lamentable.

 Hay que dar los últimos esfuerzos de valentía: el domingo 19 estamos convocados a participar en una megamarcha en apoyo a la democracia, denominada marea rosa. Estemos atentos para participar.

El xix.— En 20 días estaremos en elecciones y al día siguiente, el lunes 3, será el mejor de los días para el futuro de México y para los mexicanos o será el peor de la historia al haber elegido en forma contraria a seguir en democracia, a mantener la independencia de la Corte, y a conservar nuestros organismos autónomos. Eso significa la señora de las mentiras, a la que apodan narcocandidata: la pérdida de todo lo que tardamos años en construir.

 Por cierto, todo indica que la CDMX será gobernada por Santiago Taboada —de PAN, PRI y PRD— a juzgar por lo que anoche se vio en un debate entre candidatos a gobernar esa enorme ciudad. Los capitalinos finamente se harán justicia luego de tantos años en el abandono.