Arzobispo lamenta que algunas personas opten por los cultos paganos

El arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vega, lamentó que algunas personas al pecar, lejos de acercarse a Dios, buscan otros cultos paganos, como la Santería o la llamada “Santa Muerte”, que les permiten seguir viviendo en pecado.

“Cuando pecamos nos desvestimos de la gracia de Dios, pero si nos acercamos al Señor, apenados por nuestra culpa, Él nos revestirá de su gracia”, explicó.

Explicó que antes de Cristo y antes de la revelación del Antiguo Testamento, los hombres creían que, así como había un Dios del bien, había otro dios del mal.

“En algunos pueblos se creía en la existencia de dioses buenos, malos o cambiantes entre el bien y el mal como los seres humanos, pero a Israel se le revela que solo Dios es Dios, y que satanás es tan solo una creatura desobediente que promueve la rebeldía. La presencia de Dios destruye el mal. Cada uno es responsable de asemejarse a Dios y no al maligno. Dios es la bondad infinita”, refirió.

Aseguró que la primera lectura nos narra la situación de nuestros primeros padres, luego que comieron del fruto del árbol prohibido. “El hombre y la mujer se esconden de Dios, porque se han dado cuenta de su desnudez y esto les avergüenza. La desnudez aquí es símbolo de la gracia de Dios que se ha perdido, pues antes de pecar, se hallaban vestidos de la gracia del Señor. Esta desnudez por el pecado hace al ser humano sentirse indigno de Dios, avergonzado de presentarse ante Él por haber perdido la inocencia, al perder la amistad de Dios”, reiteró.

Detalló que cuando Dios pregunta al hombre por qué comió del árbol prohibido, él atribuyó el hecho a la mujer, quien le ofreció comer; y luego la mujer explica su pecado diciendo que la serpiente la engañó. “Ninguno de los dos acepta su responsabilidad. Dios condena más bien a la serpiente astuta, y anuncia la enemistad que pondrá entre ésta y la mujer, entre su descendencia y la descendencia de la mujer. El primer paso para vencer el mal es aceptar nuestra culpabilidad”, añadió.

Mencionó que este pasaje es conocido desde la antigüedad como el “Proto evangelio” (primer evangelio); pues de acuerdo a los Santos Padres de la Iglesia, esa mujer anunciada, vencedora de la serpiente, es María Inmaculada; y su descendencia es Cristo junto con todos los que son de Cristo.

“La mujer, junto con su Descendencia, aplastan la cabeza de la serpiente, que representa a Satanás por la astucia de este animal; por eso vemos imágenes de la Virgen María aplastando a la serpiente con su planta. María, nueva Eva, junto a su hijo, el nuevo Adán, son el principio de una nueva humanidad restaurada”, explicó.

Puntualizó que, en el santo evangelio según San Marcos, Jesús se presenta como vencedor del demonio, al expulsarlo de los hombres poseídos por él. “Los escribas que vienen de Jerusalén no aceptan la buena obra de Jesús, sino que afirman que estaba poseído por Satanás, y que por esto tenía poder para expulsar a los demonios. Este argumento no tiene ninguna lógica, pues todo reino dividido no puede subsistir; ni tampoco una familia dividida puede perdurar. Esto significaría que Satanás se hiciera la guerra contra sí mismo”, añadió.

Dijo que el pecado de los escribas es un pecado que no tiene perdón, pues es una falta contra el Espíritu Santo, un pecado que consiste en no reconocer la obra de Dios, considerando como algo del demonio, lo que en realidad viene del Señor. “No nos cerremos a la buena obra de Dios, realizada en cualquier persona. Sin embargo, ese pecado también tiene perdón si se reconoce como tal y nos proponemos un verdadero cambio de vida y de perspectiva, buscando el camino de la salvación, no perseverando en ese pecado cerrándose a la gracia”, aseveró.

Enfatizó que el perdón siempre es posible, si con humildad y convicción nos acercamos al Señor, con palabras parecidas a las del Salmo 129, con el que decimos: “Desde el abismo de mis pecados clamo a ti, Señor. Perdónanos, Señor y viviremos”.

Texto y foto: Darwin Ail